La iglesia parroquial de Infiesto se quedó pequeña ayer para acoger a las decenas de personas que se acercaron a dar el último adiós a María Jesús Martínez Piniella. Susi -como la llamaban sus amigos-, que durante tres décadas fue profesora de música en el colegio de Infiesto, falleció el viernes a los 59 años en el Centro Médico de Oviedo tras hacer frente a una larga enfermedad. Exalumnos y compañeros de profesión de la fallecida llenaron el templo piloñés para mostrar su apoyo a la familia.

Susi fue junto a su marido, el vallisoletano Andrés Aguado, la impulsora de competiciones como el Cross Escolar de Infiesto o la Milla Internacional, y por eso el mundo del deporte también estaba ayer de luto en Piloña. También desde fuera llegaron mensajes de apoyo de deportistas de la talla del atleta olímpico Juan Carlos Higuero.

Tal fueron las muestras de cariño recibidas, que Andrés Aguado, visiblemente emocionado, cogió el micrófono para agradecer a los vecinos su apoyo. "Hace justo 32 años me casé en esta iglesia con Susi y fue el día más feliz de mi vida. En estos tiempos difíciles, como ella diría, os llevo a todos en el corazón", afirmó.

Los asistentes a duras penas pudieron contener las lágrimas porque, tal como dijo el párroco local, Manuel García Velasco, "Susi era una amiga que había conquistado nuestro cariño". Durante la misa el cura afirmó que la profesora piloñesa "se implicó y ayudó en todo lo que pudo: en el deporte, en la música ensayando con los críos los villancicos de Navidad y en la comunidad de Belonciu". La Coral Polifónica Piloñesa, de la que Susi formó parte como contralto, quiso rendirle su pequeño homenaje cantando en el acto religioso, aunque su presidente, Tino Sierra, confesó que fue difícil reprimir el llanto y la emoción por la pérdida. La vecina Guadalupe Sánchez leyó además un poema para la fallecida.

Susi nació en Infiesto en 1956, estudio Magisterio en Oviedo y se hizo profesional del piano. Tras trabajar en centros educativos como el de Villamayor, Nava o un pueblo de Cangas del Narcea, ejerció como profesora en el colegio público de Infiesto, en el que se jubiló en enero del año pasado debido a su enfermedad. Allí conoció a su marido Andrés, padre de sus dos hijos, Juan y Andrés Aguado, que ayer estaban destrozados aunque demostraron ser una familia muy unida.

El pasado 15 de enero fue galardonada en la gala del deporte de Piloña con el premio a los valores humanos por "haber dedicado muchos esfuerzos al desarrollo del deporte en Piloña y en Asturias". Con motivo de este reconocimiento, la querida profesora aseguró a LA NUEVA ESPAÑA que "el deporte nos dio mucho más a nosotros, la oportunidad de crecer, de conocer a gente maravillosa que hoy son amigos, y eso es lo importante; hemos sido felices y no nos arrepentimos".