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Tres vecinos de Lozana, en Piloña, denuncian el envenenamiento de sus perros

"Si un niño llega a encontrar el veneno, pasa una desgracia", advierten los lugareños

El fallecimiento de tres perros en la localidad piloñesa de Lozana ha puesto en pie de guerra a los vecinos. Los lugareños sospechan que los canes fueron envenenados de manera intencionada por algún delincuente y por eso han puesto el asunto en conocimiento del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

La perra "Zambra", una pastora alemán con pedigrí reconocido ha sido una de las víctimas y su dueño, R. L. L., aseguró que está "profundamente disgustado" porque "la quería con locura". "No me separo de ella nunca. Vi que comía algo raro en la plazoleta del pueblo, al poco empezó a tener como espasmos y luego no duró ni veinte minutos. No tuve tiempo ni tan siquiera de llevarla al veterinario", lamenta el afligido dueño. "Las autoridades no hacen nada y una necropsia igual cuesta 600 euros", apuntó.

A las tres muertes acontecidas esta semana se suma la desaparición, hace 15 días, de "Lucas", una mezcla de pastor y bóxer propiedad de Cristina Lobeto. "No ha aparecido su cadáver pero casi que lo doy por muerto porque no se marchaba nunca y era un perro que teníamos a capricho", aseguró. La mayoría de los vecinos de Lozana coinciden en señalar que los fallecimientos de los tres canes estuvieron causados por un veneno conocido como estricnina (en la comarca se le denomina "esternina") u otro similar.

"Había restos de veneno por la plazoleta del pueblo, un lugar muy transitado a diario por los unos cuantos guajes que salen a dar una vuelta e del pueblo, que salen a dar una vuelta en bici. Si un niño lo llega a encontrar y le da por meterlo en la boca no queremos ni pensar en la desgracia que se forma", advirtieron los vecinos. Aunque no se atreven a señalar culpables, sospechan que detrás del envenenamiento se ocultan "rencillas vecinales".

La estricnina o esternina es un polvo amargo blanco que se utilizaba antiguamente como pesticida para acabar con pájaros y roedores. Desde el año 2006, el uso de este potente veneno está prohibido en toda la Unión Europea. Se calcula que ingerir una dosis superior a 15 miligramos puede matar a una persona adulta. En el caso de un niño basta con 5 o 10 miligramos.

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