El Plan General de Ordenación de Ribadesella (PGO) tendrá una segunda exposición pública después de los cambios que ha planteado para el documento el informe de la Consejería de Cultura. Así lo explicó ayer la alcaldesa, Charo Fernández Román, de Foro Asturias, quien precisó que entre las modificaciones está la mayor protección que establece para casi un centenar de edificios en el casco histórico.
"Esto supone que si aprobamos el plan sin dar audiencia y posibilidad de que esos propietarios presenten alegaciones, no sería muy justo para ellos", apuntó la regidora, antes de incluir los elementos etnográficos y las quintanas, que deben estar descritas en el plan, entre los requisitos planteados por Cultura. "Son muchas cosas, pero lo más llamativo está en el casco antiguo, donde se amplía mucho la protección", añadió la Alcaldesa, quien también mencionó las restricciones asociadas al Camino de Santiago. Tras recibir el informe el equipo de gobierno local se reunió con la Dirección General de Patrimonio, un servicio donde les recomendaron "que se hiciese la segunda exposición pública" y les detallaron algunos pormenores del informe.
El próximo paso del PGO riosellano será la incorporación por parte del equipo redactor de los cambios establecidos por Cultura al documento, que se aprobó inicialmente en febrero de 2015, así como las alegaciones admitidas. "Se pasará otra vez a aprobación plenaria y a exposición pública", continuó la Alcaldesa, antes de enumerar el consiguiente periodo de alegaciones, la incorporación de las que proceda y la aprobación provisional, antesala de la validación definitiva que deberá hacer la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA).
El gobierno riosellano ha preferido ser "prudente" y convocar este segundo periodo de exposición pública porque, a su juicio, los afectados quedarían "en desventaja" si, "habiendo pasado por esa exposición pública con el plan de una manera, ahora se aprobara sin más con otras condiciones. No sería muy justo", añadió la Alcaldesa.
El hecho de que se eleve la protección patrimonial de un edificio afecta a la hora de hacer cualquier obra, reforma o nueva edificación. La regidora comentó con la directora general de Patrimonio, Otilia Requejo, la conveniencia de tomar medidas desde ambas administraciones "para evitar que los cascos históricos se conviertan en almacenes de ruinas. Si restringimos tanto y no hay ningún tipo de ayuda lo que vamos a conseguir es que se abandonen". Por este motivo apostó por la promoción de algún tipo de medida por parte del Ayuntamiento y del Principado "para que merezca la pena conservarlos", ya que para un propietario en la actualidad tener un edificio en un casco histórico "es una verdadera ruina", añadió.
