"Con que me pregunten es suficiente". Así de fácil lo pone Marta Vega Blanco, una joven madre gozoniega a la que el pasado mes de septiembre le confirmaron que su hija Ainoa tenía el síndrome de Rett. Su familia se ha volcado desde entonces en participar en actos como el que ayer reunió en Colombres a más de 500 personas alrededor de una paella solidaria que empezaron a organizar los padres de Julia Fernández Álvarez hace cinco años. La pequeña reside en Oviedo pero su familia es de Colombres, una villa que desde entonces camina y lucha contra el síndrome. La de ayer fue una edición un tanto especial, pues reunió en el polideportivo municipal a cuatro niñas y una chica con el síndrome de Rett. Con Julia y Ainoa estuvieron Sofía (de Luanco) y las cántabras Lara y Natalia, de Solares. Vega Blanco se siente muy agradecida de haber encontrado a la familia de Julia y se ha contagiado de su incansable energía para recaudar fondos para la investigación y para dar a conocer el síndrome.

Igual de infatigable es el equipo de voluntarios, formado por unas veinte personas, que ayer se ocuparon de que todo saliera bien. Begoña Berdayes es una de ellos y destacó cómo este año contaron con muchos más regalos para el sorteo. "Hubo donaciones de todo el Oriente, desde vales de peluquería, spa, campings y restaurantes, ropa, comida" y un largo etcétera que no deja de poner palabras al sentimiento de empatía y apoyo que tantísimas personas tienen hacia estas familias.