La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una riosellana denuncia que el coto de caza de Llanes no la admite por ser mujer

"Me siento discriminada", afirma Sara Buenaga, de 17 años, que asegura que lleva un año esperando para ingresar, algo que a sus amigos varones les llevó 15 días

La joven Sara Buenaga tras una cacería esta temporada en el coto de Llanes. P. M.

Sara Buenaga tiene diecisiete años, lleva nueve cazando en Llanes y no entiende por qué el coto no autoriza su admisión. La joven riosellana y su padre, Benito Buenaga, lo solicitaron en 2014 y les dijeron que había lista de espera, pero han visto cómo a cuatro de sus amigos varones que pidieron entrar después los admitieron en quince días. "Me siento discriminada, no entiendo por qué a mí no", expone Buenaga, quien no encuentra otro motivo para esta diferencia que su condición de mujer, ya que cumplía todos los requisitos en el momento de la solicitud, incluido el de estar empadronada en el concejo llanisco.

A la joven le pesa la injusticia y la discriminación, pero también los sesenta euros que tiene que pagar cada vez que va de puesto con la cuadrilla de su padre, pues al no formar parte del coto la tratan como si viniera de fuera y no tuviera seguro ni papeles en regla. A ella lo que le gusta es ir de montera, con los perros, una tarea que puede realizar sin coste añadido gracias a que lleva los canes de su padre. Si no fuera así, también tendría que pagar (treinta euros) porque no está en el coto. "Lo veo muy injusto", lamenta la riosellana, para quien es "más injusto todavía" que su padre haya solicitado explicaciones a la junta directiva del coto y no se las den.

Benito Buenaga denuncia que "están vulnerando" sus derechos como socio, pues no han respondido por qué a su hija no la dejan entrar y tampoco le han facilitado la relación de altas y bajas ni una copia de los estatutos. Por si esto fuera poco, "nunca presentaron las cuentas de la temporada y no están diciendo la verdad, no están especificando en qué se van los cuartos de los socios". El riosellano espera que "este año, como exigen los estatutos, presenten los presupuestos y digan en qué se van a gastar el dinero antes de gastarlo".

Buenaga tiene claro que "la directiva no pasa por encima de una asamblea de socios soberana" e insiste en que le den "todas las explicaciones como socio. No entiendo por qué Sara no entra. Nos dijeron que las altas estaban en 'stand by', pero a los dos meses lo solicita un amigo y a los dos días estaba en el coto. Ella lleva un año esperando y todavía no sabemos nada. ¿Cómo es esto?", se pregunta.

La inmediata admisión de los cuatro varones conocidos de los Buenaga sólo confirma algo que los números y la ley ya apuntaban, pues el número de socios de un coto va en función de las hectáreas disponibles. El de Llanes cuenta con 25.000, por lo que podría llegar hasta los 1.000 socios, aunque en la actualidad sólo supera los trescientos. Las nuevas altas para los menores de edad cuestan ochenta euros, a lo que hay que sumar el importe de la caza menor (140) o mayor (160) que vaya a practicar. Sara Buenaga ya lleva gastados más de 400 euros de las ocasiones en las que ha ido de puesto con la cuadrilla de su padre, donde "siempre hace falta alguien y ella lleva cazando desde los ocho años en Llanes".

Compartir el artículo

stats