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Los socios del coto de Llanes no tienen que ser residentes, apunta la joven rechazada

Los dirigentes de Socoa adujeron esos requisitos al explicar por qué no admitieron a la riosellana que denunció discriminación por ser mujer

La joven Sara Buenaga, con un jabalí. P. M.

Los estatutos de la Sociedad de Cazadores del Oriente de Asturias-La Llanisca (Socoa) no exigen en ninguno de sus artículos que socios deban ser nativos ni residentes en el concejo. El presidente de la sociedad, Bernardo Cangas, adujo que la joven riosellana Sara Buenaga no cumplía varios requisitos de acceso establecidos por la anterior directiva, entre ellos haber nacido y vivir en Llanes.

Buenaga lleva desde 2014 esperando por su admisión en el coto y se siente discriminada por ser mujer, pues ha visto cómo cuatro de sus amigos varones entraban en cuestión de dos semanas, a pesar de haber solicitado la entrada después que ella. En los estatutos aprobados en el año 2008, los únicos vigentes hasta la fecha, sólo el vigésimo cuarto artículo habla de las condiciones necesarias y dice: "El ingreso en la asociación podrá ser solicitado por cualquier persona con capacidad de obrar que tenga interés en el desarrollo de los fines" de la misma. Más adelante, el trigésimo artículo, dice: "se establece el principio de igualdad de todos los asociados, sin discriminación por raza, sexo, religión, ideología o cualquier otra condición o circunstancia personal o social".

A Benito Buenaga, padre de la joven y socio del coto llanisco, no le ha llegado "ninguna comunicación de rechazo de la solicitud, y menos por esos motivos. Que nos digan qué artículo de los estatutos es el que incumple", reclama. Buenaga añade que la directiva no puede agarrarse a ninguna norma de régimen interno, ya que ésta no podría "contradecir a los estatutos publicados" y ante una pugna entre ambas quedaría invalidada la más restrictiva. En cuanto a la elaboración de unos nuevos estatutos que anunció el presidente, Buenaga remarca que llevan hablando de ello al menos desde 2014, lo que le parece "una falta de respeto" hacia los socios.

Va más allá y cuestiona cómo si es requisito ser nativo y residente en el concejo de Llanes hay varios socios honoríficos del coto que no son ni lo uno ni lo otro. Apunta que su hija está "empadronada en el concejo de Llanes y si pagara impuestos lo haría allí" y destaca la incoherencia de que no pueda formar parte de una sociedad radicada en aquel concejo. Por otra parte, el presidente resaltó que "La llanisca" tiene socias y una guardesa, a lo que Buenaga añade que "fue la anterior directiva la que abrió la entrada a las mujeres. Si no, estarían todavía en lista de espera". La existencia de varias socias en la sociedad fue una virtud destacada por el presidente, quien también remarcó que cuentan con una guardesa, algo "bastante infrecuente en un coto privado".

Este carácter privado no es tal por una ley que abrió los cotos hace ya más de una década, aunque es "lo que quiere hacer. Vamos a luchar para que no lo consiga", añade. Sara Buenaga tiene que pagar 60 euros cada vez que quiere ir de puesto con la cuadrilla de su padre en el coto llanisco por no ser socia. Lleva más de 400 gastados. La cuota de alta es de 80' euros.

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