La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Diálogos orientales | ENRIQUE LOREDO | Profesor universitario y experto en turismo

"El Oriente podría venderse mejor, falta articular un producto turístico completo"

"Las estaciones de esquí de Asturias tienen un problema muy serio porque los estudios científicos hablan de una elevación clarísima de la cota de nieve"

El experto en turismo Enrique Loredo. P. M.

Enrique Loredo Fernández (Gijón, 1967) es profesor de Organización de Empresas en la Universidad de Oviedo y coordinador del máster en Dirección y Planificación del Turismo.

-Investiga en el ámbito de la innovación turística. ¿En qué medida están al día los empresarios pequeños y medianos, como los del Oriente?

-Tendemos a pensar que los empresarios del sector se adaptan poco y lento a las necesidades de la industria turística, pero hay muchas excepciones y ves que todo el mundo va cambiando, empujado por la necesidad. El estereotipo es cierto en parte, pero no es una generalización justa, hay muchos ejemplos que lo contradicen. Hay muchísimo por hacer y como en todo, hay veces en que la tecnología permite a los pequeños hacer cosas que antes no podían. Es un reto que todo empresario y gestor debe asumir. Y pasa lo mismo en el ámbito público. Un museo, un equipamiento, lo que sea.

-A menudo se comenta que la comarca podría dar mucho más de sí en el ámbito turístico, ¿qué opina?

-Hay situaciones muy distintas entre unos municipios y otros, pero el Oriente podría venderse mejor de lo que se vende. Más que venderse, articularse turísticamente hablando.

-¿Qué quiere decir?

-Es necesario dar opciones a los turistas que hagan que su viaje sea más satisfactorio y la tecnología te puede permitir ofrecer conjuntos de experiencias. Si alguien va a hacer una actividad, visitar un recurso, muchas veces encuentra que no sabe bien qué hacer después o a continuación para que la visita resulte satisfactoria. Existen muchos recursos dispersos, pero que no dan un producto turístico completo que muchos turísticas demandarían. Hay bastantes cosas para hacer en todos los ámbitos, no es el peor sitio de Asturias, pero creo que debería venderse mejor, buscar fórmulas que permitan ofrecer una mejor y más completa experiencia para los turistas. Y la tecnología es una forma clara de conseguirlo. El Oriente tiene muchas cosas, sobre todo naturaleza, pero necesita también un icono que lo haga reconocible a nivel turístico.

-¿Podría ser el patrimonio rupestre, los Picos de Europa?

-Hay muchos posibles. Pero tendrían que sentirse representados y cómodos los distintos municipios, que son muy diferentes.

-¿La promoción comarcal es una buena opción?

-Las mancomunidades, como la de la Sidra, son útiles porque la unión te hace más fuerte si eres pequeño. Es mejor ir juntos que separados, pero un destino turístico no es una realidad que existe y es objetiva. Se construye sobre unos recursos determinados. Cuando las mancomunidades funcionan son útiles porque los ayuntamientos pequeños no pueden desarrollar una política turística con facilidad. Pero también dan problemas. Si subes al mirador del Fitu ves un cartel de la mancomunidad del Sueve, pero no está Colunga. Estás a las puertas de Colunga, viendo el concejo y mirando un cartel que recoge los recursos de Piloña, pero no los que tiene a 300 metros. Son útiles, pero introducen también problemas, disfunciones, sobre todo en municipios limítrofes.

-Hay empresarios innovando pero, ¿se ha conseguido cambiar la mentalidad colectiva, aquella de tiempos de bonanza que esperaba a que el turista entrase por la puerta?

-Hay una necesidad de actuar como un destino, pero puedes hacerlo siempre que el conjunto de los actores, entre otros las empresas, compartan el proyecto del destino. Por ejemplo, varios alumnos del máster propusieron especializar en este caso Colunga más en el segmento familiar.

-¿Qué haría falta?

-Que la Administración promueva ese tipo de turismo y haga ver a las empresas la ganancia que tendrían si hay una mayor especialización. Más actividades, los restaurantes tendrían que tener menús orientados a los niños, a lo mejor más rutas que no sean simplemente visitar naturaleza, sino que puedan encontrar cosas. Por ejemplo, la ruta del Camín Encantáu, en Llanes, no tiene nada muy espectacular, pero esa especialización consigue simplemente con unas esculturas una orientación hacia un público que hace que tenga muchísimo éxito entre la gente con hijos. Si consigues que el conjunto de Administración y empresas compartan el proyecto de destino y que todos se involucren, el destino se especializa, tiene un hombre. Pero tiene que liderarlo la Administración, lógicamente.

-¿Qué opina de la explotación del arte rupestre como recurso turístico?

-Aparte de Tito Bustillo, por decir lo más notorio, hay muchos recursos de arte rupestre que quizás podría explotarse mejor en general en Asturias, no solo en el Oriente. Tenemos cosas muy singulares en Asturias. No son únicas a nivel mundial, como pensamos los asturianos, pero podrían servir muy bien como elemento plenamente diferenciador de la oferta. El arte rupestre, los Picos de Europa, los dinosaurios, el oso...

-¿Y qué pasa con la nieve?

-Si no hay nieve, o la haces artificial o cierras la estación. Hay muy pocas opciones. El problema no es presente, sino futuro, porque los estudios científicos hablan de una elevación clarísima de la cota de nieve. Las estaciones de esquí en Asturias tienen un problema muy serio. Una vez hechas las estaciones, si el Principado quiere conservarlas activas tendrá que hacer nieve artificial. Esto, en mi opinión es matar moscas a cañonazos. Por otra parte, Fuentes de Invierno no está conectada a día de hoy a la red eléctrica general y entonces el problema es doble.

Compartir el artículo

stats