Desde hoy, viernes, 19 de febrero, y hasta el domingo 21, Ribadesella acoge las sextas Jornadas gastronómicas del arcín (oricio) y la sidra. Siete establecimientos participan en esta cita gastronómica.

En el año 2011 se puso en marcha esta iniciativa bajo el nombre de Jornadas del arcín y el pantrucu, pasando a partir de la segunda edición a la denominación actual.

Cuatro de los establecimientos participantes pondrán a disposición de todos los que lo deseen atractivos menús creados basándose en los arcinos (oricios) y la sidra por precios entre los 20 y 29 euros por persona. Los otros tres establecimientos que forman parte de esta iniciativa presentan propuestas de tapeo con la misma temática, para que la oferta gastronómica sea todo lo variada posible.

Los restaurantes que participan con menú son: Ático, Casa Pacho, La Cerezal y Nevada. Para tapear se pueden acercar a El Escondite, La Mar Salada y María Manuela Bistró.

Este fin de semana es también una buena ocasión para visitar una de las zonas más bonitas del oriente asturiano. Situada en la costa oriental de Asturias, a los pies de los Picos de Europa, Ribadesella ofrece al visitante una amplia variedad de atractivos: paisaje, historia, naturaleza y gastronomía, concentrados en un territorio recorrido por el río más famoso de Asturias, el Sella.

Las paredes de la cueva de Tito Bustillo reflejan la variada fauna que poblaba estas tierras en épocas prehistóricas. A su lado, el centro de arte rupestre ofrece una amplia visión del entorno en que se produjeron estas pinturas.

Ribadesella cuenta con un espacio urbano de calidad y alrededor un amplio paseo marítimo en el que el río, la ría y la mar acompañan el recorrido por la villa: el mirador de Guía y paseo de la Grúa, con los llamativos paneles que narran la historia del puerto de Ribadesella; el paseo Princesa Letizia y el de los Vencedores del Sella; la playa, con su sucesión de espectaculares construcciones de Indianos levantadas a principios del siglo XX o las icnitas de dinosaurios en la Punta´l Pozu.

La zona rural del municipio ofrece interesantes visitas: la arquitectura popular y las casonas solariegas conviven con un paisaje rural salpicado de pequeñas calas de extraordinaria belleza, cuevas con fascinantes formaciones geológicas o espectaculares acantilados, con sus sorprendentes bufones.

Restaurantes y sidrerías, repartidos por todo el municipio, ofrecen una estimulante gastronomía en la que los pescados de extraordinaria calidad comparten mesa con otros excelentes platos propios de la cocina asturiana.

Nunca se han perdido en esta villa las formas tradicionales de cocinar los pescados, entre las que destacan poderosamente las calderetas, que son guisos de pescados de roca mezclados (sargos, salmonetes, gobitos, xulies, durdos); las marmitas, que se suelen hacerse con bonito (o xarda), patatas y pimientos, y los fideos con besugo (o palometa), un rancho típico de la marinería. Los tres platos nacieron a bordo de los barcos pesqueros, cuando había que reunir todos los elementos de una comida en un solo guiso. Otros grandes platos locales marineros son el congrio con guisantes, el pixín (el rape) en salsa, la merluza a la sidra -o al aguardiente de sidra- y el rollo de bonito, una exquisita especialidad riosellana muy propia de las fiestas.

Son muy característicos de la localidad los fresquísimos pescados al horno, entre los que destacan el xáragu (sargo), la lubina de anzuelo e incluso el humilde chicharru (jurel), que de esta forma resulta muy sabroso.

Los restaurantes

> Ático

> Casa Pacho

> La Cerezal

> Nevada

Para tapear

> El Escondite

> La Mar Salada

> Maria Manuela Bistró