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La capilla de Lastres se acicala

La ermita de la Virgen del Buen Suceso luce renovada gracias a la colaboración que Ayuntamiento y un pintor local han prestado a la asociación que la custodia

Luis Montoto con el "balde" de su abuelo en el interior de la capilla. P. M.

Es la capilla de los mareantes de Lastres, pero todos la sienten como propia. La ermita de la Virgen del Buen Suceso, construida en el siglo XVI, luce renovada gracias a la colaboración que tanto el Ayuntamiento de Colunga como un pintor local han prestado para las dos últimas intervenciones.

El departamento municipal de Servicios Múltiples ha restaurado la verja, original y hecha en hierro fundido. Al cierre exterior de la capilla le faltaban "varios puntos y varios adornos centrales", como explica Luis Montoto, presidente de la Asociación de Mareantes de Lastres, el colectivo que custodia la capilla y que inició su recuperación hace más de seis años.

Los trabajos para rehabilitar la verja finalizaron el pasado lunes y se unen a la pintura interior que la empresa local "Pinturas Fran" realizó a finales de año pasado de forma totalmente gratuita. Nieto del lastrín Benedicto Conlledo, el empresario quiso arrimar el hombro en la conservación de la ermita, en proceso de "constante rehabilitación" desde que la Asociación de Mareantes se hizo cargo de su conservación.

Luis Montoto es el cabeza visible, pero agradece la "colaboración por todos lados" que obtiene cada vez que da un paso en favor de la capilla. Visible a través de la verja restaurada y de otra puerta interior, también original, a la capilla no le falta detalle. De sus paredes cuelgan joyas como el "balde" o maleta que Alejandro Montoto -abuelo de Luis- empleaba para llevar la comida a la mar. Enrolado en el "Glorioso San Antonio", él y los otros doce tripulantes de la embarcación sufrieron un naufragio en 1944 al que nadie sobrevivió. "Sólo se encontró el 'balde', en San Vicente de la Barquera, y también un cadáver de aquellos marineros lastrinos", rememora Montoto, a quien también se debe la maqueta del galeón que se puede ver en la capilla. El lastrín es conocido por ser un habilidoso artesano naval e hizo esta pieza en 1972. Ahora, cada año dona a la asociación una maqueta para entregársela el día de la fiesta del Buen Suceso (8 de septiembre) al pescador jubilado de mayor edad de la cofradía, el "mareante mayor". Rescatado de otro naufragio es el timón del navío "Juan de Orduña", que se hundió hacia 1960 frente a las costas de Lastres pero en el que no falleció ningún marinero.

El objetivo de la asociación es "todos los años ir manteniendo la capilla", una labor que financian con la venta de lotería, de medallas, estampas y otras actividades. Si consiguen que el templo, el retablo interior y las imágenes luzcan lo mejor posible se dan por satisfechos, aunque Montoto tiene una espinita de la que se tendrán que hacer cargo las generaciones venideras.

"Falta una imagen de la Virgen de Covadonga que un párroco local se llevó en sustitución temporal de una de San Blas que se retiró de la iglesia parroquial para restaurarla", relata el presidente. Esta imagen representa a la virgen con la santa cueva y tiene un "precio incalculable", pero nunca regresó al templo lastrín, sino que está depositada en el real sitio de Covadonga. "Está depositada, no donada", remarca Montoto con la esperanza de que este patrimonio regrese un día a la villa marinera. Él ya lo intentó, pero la exigencia de instalar una alarma y una puerta blindada le echó para atrás.

La capilla del Buen Suceso de Lastres tienen la particularidad de no pertenecer a la Iglesia, sino que es de titularidad pública y por tanto del Gobierno del Principado, que colaboró en la primera restauración, del año 2010. Desde entonces, el empeño de los mareantes, de Luis Montoto y de todo el pueblo han conseguido que los siglos casi no pasen por ella.

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