Un paso de peatones frente a la marquesina del pueblo. Eso es lo que llevan tiempo reclamando a Demarcación de Carreteras algunos vecinos de la localidad canguesa de Les Roces.
Los residentes aseguran que cruzar la carretera N-625 se hace tarea "peligrosa y muy complicada porque por ella discurren cientos de coches al día y pocos respetan la limitación de velocidad de 50 kilómetros/hora". Los lugareños recuerdan que ya se han registrado varias muertes por atropellos en Les Roces, la última la de una vecina de Triongu que fue arrollada por un vehículo por la falta de visibilidad hace escasos años.
El pueblo ya cuenta con un paso de cebra a la altura del bar Sánchez, por eso algunos residentes como Jaime Turanzas abogan porque al menos se instale junto a éste un semáforo con sensor (en cada sentido) de velocidad que se cierre cuando detecte que los vehículos circulan demasiado rápido. "Hay muy poca iluminación en el pueblo y como los coches pasan fuerte es fácil que se registren incidentes en los días oscuros del invierno", comenta.
Los vecinos de Les Roces no son los únicos que reivindican más seguridad para los peatones. En la cercana localidad de La Vega los Caseros (Parres) los lugareños también apuestan desde hace tiempo por la instalación de un paso de cebra sobre la N-625, preferiblemente junto a "La Posada del Monasterio", donde se acaba de instalar una marquesina de autobuses.
