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Los lastrinos, al médico por el "Angliru"

Los vecinos, que exigen el ascensor prometido desde el aparcamiento hasta el consultorio, han bautizado el acceso con el nombre del famoso puerto de montaña

Una persona, ayer, subiendo la cuesta hacia el consultorio de Lastres. P. M.

Los lastrinos tienen que subir el "Angliru" para ir al médico. Así es como han bautizado los vecinos de la villa marinera el acceso al nuevo consultorio, ubicado en uno de los bajos de la residencia de mayores, en el barrio de El Manso. El centro abrió sus puertas el pasado día 12 pero sin el ascensor prometido por la Consejería de Salud para trasladar a los usuarios desde el aparcamiento hasta la entrada.

Los responsables del departamento autonómico anunciaron su instalación en unos tres meses, pero la falta de presupuestos en el Principado podría retrasarlo aún mas. Mientras tanto, los usuarios, sobre todo los de mayor edad, tienen serias dificultades para subir y bajar del médico.

"Yo todavía soy joven, para la gente mayor veo bien que pongan algo", opina Margarita García. La vecina cree que "en lugar de la acera, estaría bien que colocara unas escaleras con descansillos y una barandilla para que se puedan coger". García no tienen ningún conocido que haya tenido problemas para llegar al médico, pero su suegra, de avanzada edad, ya se está temiendo lo peor. "No sabe cómo hará el día que tenga que venir, porque no tiene coche", añade la vecina.

La asociación de vecinos de Lastres y Luces celebrará esta tarde (18. 30 horas) una asamblea en la que el principal punto del orden del día -al margen de la formación de una nueva junta directiva- será la exigencia de la instalación del ascensor. Mientras, ni siquiera quien tiene coche puede acceder directamente al centro, pues a menudo el portón está cerrado y los vehículos no pueden dar la vuelta en mitad de la pendiente. Días como el de ayer, con fuertes vientos e intensas lluvias, dificultan aún más el acceso al consultorio y convierten el final del "Angliru" en una prueba "de infarto", como la describe Víctor Fernández Hazas, vecino de Lastres y coordinador de IU en Colunga. Y si acompañan el viento y la lluvia, "el riesgo de muerte es enorme, ya que te puedes desnucar fácilmente como tengas un simple resbalón". Este peligro existe también en el último tramo de la bajada, donde la pendiente es todavía más pronunciada. "Hasta que se ponga el ascensor prometido, lo que sí debieran de facilitar es el acceso de vehículos para que puedan llegar hasta la misma puerta del consultorio, sólo con el fin de dejar al usuario y después recogerlo", añadió Fernández Hazas.

Las dificultades para acceder al consultorio están llevando a algunos vecinos a solicitar ayuda a los Servicios Sociales municipales, que tienen otras muchas necesidades que atender y hay quien opina que este problema debería solventarse con el ascensor cuanto antes. Accesos aparte, los vecinos están, en general, satisfechos con su nuevo centro de salud. "Estamos mucho mejor aquí, las salas del médico y la enfermera son mucho más espaciosas", alabó Margarita García.

Tras la inauguración, la única pega que pusieron los usuarios al nuevo equipamiento fue el pequeño tamaño de la sala de espera, algo de relativa importancia comparado con las penurias que pasan los lastrinos de avanzada edad para llegar al edificio.

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