La oficina de Cajastur de Villamayor, en Piloña, estuvo a punto de registrar ayer un nuevo atraco O al menos eso creen los trabajadores de la sucursal, que dieron aviso a la Guardia Civil después de que un varón "sospechoso" y ataviado con mucha ropa intentara entrar en el banco sin identificarse a primera hora de la mañana.
Hasta la oficina bancaria piloñesa se acercaron tras el aviso varios agentes de la Guardia Civil pasadas las nueve de la mañana, pero ya no encontraron al sujeto de la denuncia en Villamayor, motivo por el que iniciaron un dispositivo de búsqueda más amplio para lograr identificarlo. El empleado de la banca rehusó hacer declaraciones de lo ocurrido.
Por su parte, varios testigos aseguran que en realidad se trataba de dos individuos, altos y delgados, que llevaban la cabeza cubierta con gorro y no se les veía la cara.
"Se bajaron de un coche Ford, de color como verde oscuro, que estaba aparcado en sentido Oviedo. Iban algo mal vestidos y muy tapados, pero al hacer tanto frío a primera hora de la mañana no llamaban tanto la atención", señaló un vecino. "Uno se quedó más atrás y el otro siguió caminando hasta el banco. Picó a la puerta del banco un rato, pero como no enseñó su identificación no le abrieron", explicaba otro lugareño.
Durante las primeras horas de la mañana de ayer la confusión reinó en Villamayor, donde muchos se preguntaban cuál era el motivo de que alguna patrulla estuviera aparcada en la carretera general, frente al banco y donde muchos dieron por consumado un atraco que afortunadamente no llegó a producirse. La oficina bancaria funcionó con plena normalidad y estuvo operativa durante toda la mañana tras el suceso.
Con todo, el susto que pudieron llevarse ayer en Villamayor los del banco y los clientes no fue tan grande porque, desafortunadamente, están acostumbrados a sucesos de este tipo.
La oficina de Liberbank-Cajastur de la localidad piloñesa ha sido en el pasado reciente objeto de varios robos, que muchos atribuyen a la discreción de la que gozan los cacos para acceder a la misma y luego la facilidad para huir. Desde hace un par de años no se habían producido que se sepa incidentes. En 2014 se detuvo a una banda gallega. Los atracadores fueron acusados de dos hurtos perpetrados en 2013 con apenas dos semanas de diferencia en la oficina piloñesa.
En el primero de ellos, los autores se habían llevado unos 5.905 euros a punta de pistola, y en el segundo una cantidad que, según la Guardia Civil, oscilaba entre los 60.000 y 80.000 euros.
