"El Archivo de Indianos ha recuperado la ilusión", señaló el director-gerente del emblemático centro cultural de Colombres, Santiago González Romero. La "operación salvamento", protagonizada en 2015 por veinte empresarios astur-mexicanos, ha alejado definitivamente el fantasma del cierre, que planeó sobre el edificio tras el estallido de la crisis económica y la disminución de las aportaciones del Gobierno del Principado. "Ahora, por fin, vemos una luz al final del túnel", indicó el director. Además, las visitas aumentaron el año pasado un 29 por ciento, y los ingresos propios (entradas y merchandising), un 23,5 por ciento.
El compromiso de una suerte de patronato internacional, constituido en México como Asociación de Amigos del Archivo de Indianos, de aportar cada año una inyección económica (6.000 euros cada integrante) asegura la supervivencia del centro, que durante varios años pudo a duras penas cubrir los gastos mínimos de funcionamiento. La aportación de los empresarios astur-mexicanos, unida a la del Principado (60.000 euros), la venta de entradas y el merchandising, los ingresos por trabajos de investigación que realizan los empleados del centro, las rentas de patrimonio y los remanentes han permitido a los rectores del Archivo de Indianos aprobar este año, al fin, un presupuesto suficiente, de 308.000 euros. Y ha permitido superar la decisión de Cajastur de cesar su aportación al centro (60.000 euros el año pasado).
La que el director denomina "operación salvamento" fue fruto de la búsqueda de alternativas para evitar el cierre del centro. González Romero, el presidente de la fundación que gestiona el Archivo, José Luis García Delgado, y el profesor universitario Juan Vázquez viajaron el año pasado a México y buscaron mecenas. Mantuvieron reuniones con empresarios de origen asturiano y les expresaron la necesidad de hallar colaboración económica para "salvar" el Archivo de Indianos, cuyo enorme prestigio en América facilitó el trabajo: los viajeros hallaron respuesta positiva por parte de los emprendedores, liderados por Antonio Suárez y Antonio del Valle. Fue, en todo caso, un éxito muy trabajado por los rectores del centro.
La Asociación de Amigos del Archivo de Indiano en México, presidida por Antonio Suárez y que cuenta con Conchita Pando como vicepresidenta y con Ángel Peña como tesorero, renovaba el 4 de marzo su compromiso económico con la fundación. Fue durante una reunión del colectivo, a la que fueron invitados García Delgado y González Romero.
Los integrantes de la asociación astur-mexicana han aportado hasta el momento 152.000 euros, lo que ha permitido no sólo asegurar el sostenimiento del Archivo, sino iniciar diferentes proyectos. Esta aportación ha sido calificada de "muy generosa" por el director del Archivo. Pero los rectores del centro no quieren quedarse ahí y han iniciado contactos para buscar respaldo en otros países. Así, a imagen y semejanza de la asociación mexicana persiguen la creación de un nuevo "grupo de amigos" en la República Dominicana.
González Romero cree que los centros culturales, para afrontar el descenso de las aportaciones públicas por la crisis, deben buscar otros caminos para financiarse. Aboga por un sistema "a la americana", basado en el mecenazgo. Pero ello requiere un "cambio de mentalidad", añadió. "Los museos pueden cambiar la curva de su decadencia por otra de progreso si son capaces de diseñar estrategias de trabajo que atraigan patrocinadores", señaló. El Archivo de Indianos ha iniciado ese nuevo camino y puede convertirse en ejemplo a seguir por otros centros que atraviesan dificultades económicas.
Pero, además, el desembarco del grupo mexicano de Amigos del Archivo de Indianos ha supuesto un "revulsivo" para el personal del edificio. La apuesta de los empresarios inyectó "ilusión" y permitió recuperar la "esperanza", que estaba "totalmente perdida", según admiten los propios trabajadores. El respaldo americano ha avivado asimismo la "motivación" de los empleados y de los rectores de la fundación. Y, a la vez, legitima a la institución, que goza de enorme prestigio en todo el mundo. "Este museo es una creación colectiva de la emigración en América. Todo lo que hay en el Archivo lo han aportado los emigrantes, y la mayoría de lo que hay no se puede comprar. El del Archivo de Indianos es un trabajo 'con' los emigrantes", resaltó González Romero.
La inyección económica procedente de México ha coincidido en el tiempo con un notable incremento de las visitas al Archivo de Indianos. El año pasado registró 13.445 entradas, un 29 por ciento más que en 2014. La mayor parte de las entradas del año pasado se correspondieron con visitas individuales (10.055), aunque también se registraron 2.241 entradas colectivas y 1.149 especiales. El incremento en el número de visitantes del año pasado rompe la tendencia negativa registrada desde 2010. Pero el número de visitas se queda aún lejos del máximo histórico, registrado en 2006, cuando entraron en el Archivo 19.970 personas. El estallido de la crisis implicó un notable descenso de las visitas. El Archivo suma en los últimos 20 años casi 290.000 visitas.
El incremento en el número de visitantes se completa con el de los ingresos. Así, mientras que en 2014 los ingresos propios del Archivo de Indianos se habían quedado en 50.300 euros (43.825 por venta de entradas y 6.475 en la tienda del centro), el año pasado ascendieron hasta los 67.285 euros (55.974 por la venta de entradas y 11.310 por merchandising). Estas cifras suponen que los ingresos propios del Archivo han crecido un 53,5 por ciento el último año. Los ingresos propios del Museo de la Emigración supusieron en 2015 un 23,5 por ciento del presupuesto de ingresos, cifrado en 285.742 euros.
