"Muy tranquilos porque el expediente de prindaje de las vacas de Llueves se hizo dentro del marco legal vigente". Así se encuentran el alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González Castro , y el concejal de Medio Rural, Gonzalo Suero, ambos del PP, tras conocer la denuncia por prevaricación interpuesta por el ganadero de Celangu Francisco Javier Monje este miércoles en el Juzgado de Primera Instancia cangués.

El regidor aseguró ayer a LA NUEVA ESPAÑA que en ningún momento hubo prevaricación. "Cuando entras en el Ayuntamiento lo haces para mejorar la vida de los vecinos, no para perjudicarla, asumiendo además una gran responsabilidad", indicó González Castro , quien quiso dejar claro que el prindaje se llevó a cabo porque las vacas estaban sin sanear, pastaban en pastos comunales sin permiso y "tras registrar muchas denuncias, de muchos vecinos, durante mucho tiempo" por esta situación irregular. En la misma línea se expresó Suero, que negó con contundencia haber amenazado con "darle un palo" al ganadero, tal como denuncia Monje. "En ningún momento nos quedamos solos los dos y todos los que participaron en el prindaje son testigos de que miente", aclaró.

Ambos están a la espera de conocer si la jueza estima la denuncia para poder seguir adelante con la subasta del ganado prindado, prevista para la próxima semana. Son 14 vacas y un ternero (más dos que nacieron estos días) que fueron atrapadas por miembros de la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales en colaboración con trabajadores municipales en los pastos de Onao a finales de febrero.

El alcalde cangués aseguró que al ganadero de Celangu se le dieron "reiteradas oportunidades para sanear el ganado, la última el 27 de noviembre de 2015 que no fueron atendidas, llegando incluso a ser visitado por el director general de Ganadería, Ibo Álvarez, para convencerle de que lo hiciera". El 24 de febrero de 2016 la Consejería resolvió ordenar el apresamiento del ganado vacuno, que se llevó a cabo antes del día 28 del mismo mes.

"Una vez que se prindaron le mandamos una comunicación con el coste del apresamiento, transporte y alimentación, que ascendía a los 5.300 euros. El plazo de pago se pasó y por eso estamos pendientes de que la juez valore la denuncia y ver si podemos subastarlas la próxima semana como teníamos previsto", indicó González Castro.

Vacas "bien atendidas"

El regidor dijo que las vacas se encuentran en la actualidad "saneadas, sanas y bien atendidas". Las reses permanecen estabuladas en la Plaza del Ganado de Cangas de Onís, a la espera de ser subastadas, si la juez no lo impide. El precio de salida del lote es de 6.500 euros con los que se esperan pagar los gastos de manutención de los animales. Si en la puja se obtuvieran mayores beneficios, estos irían a parar al ganadero, según explicó el concejal.

El prindaje de las vacas errantes de Llueves se llevó a cabo después de que varios vecinos denunciaran el abandono de los animales, que presuntamente estropeaba sus fincas. El dueño de los animales contó a este periódico que nunca quiso "causarles problemas" y que pidió a la Administración un paso canadiense para evitar que el ganado se acercara desde Celangu hasta la zona urbana de Llueves. "Nunca obtuve respuesta e incluso me ofrecí a cerrar con alambre el linde que separa los pastos con las fincas privadas pero apareció cortado con alicates", aclaró Monje.

El ganadero de Celangu aseguró que si le quitan las vacas lo echaban "a la ruina" y achacó la falta de saneamiento de las reses a que los veterinarios le pidieron construir una manga para revisar al ganado y "por aquí no pasó nadie a verla. Al carecer de carta de saneamiento no pude solicitar a tiempo la licencia de pastos", se excusó.