La cueva de Tito Bustillo, en Ribadesella, reanudó ayer las visitas después de que tuvieran que ser suspendidas a primera hora del jueves por la crecida del río san Miguel, que la atraviesa. El primer pase entró a las 11.00 horas en lugar de a las 10.15, como está estipulado en los horarios, pues las tareas de limpieza y reposición concluyeron por la mañana.

Pese a que el agua anegó por completo el camino que siguen los visitantes para conocer el interior de la gruta y también otros espacios, el estado general era ayer "muy bueno", comentó el conservador, Alfonso Millara. Aconsejó, no obstante, que los visitantes "extremen un poco las precauciones" porque al haber más humedad se facilitan los resbalones, pero la evaluación fue completamente normal.

El mayor estropicio que hizo el agua fue en las balizas que iluminan el trayecto y en las bombillas, de las que hubo que "cambiar bastantes", apuntó Millara. Este relevo se aprovechó para sustituir las convencionales por led, un sistema que cumple la misma función -iluminar el paso de los visitantes a la cueva- proporciona "menor radiación, menos calor y menos consumo", destacó el conservador, que las va cambiando "a medida que se van fundiendo", pues algunas piezas tienen tan sólo cuatro o cinco años.

Además de reparar la instalación eléctrica también fue necesario "un poco de relleno con arena en el camino y limpiar y secar algunas zonas", añadió el responsable de la cueva. El propio conservador fue quien dio aviso al centro de arte rupestre de Tito Bustillo, que gestiona las visitas a la gruta, para que informasen a los usuarios de que volvía a estar operativa, un mensaje también visible en la web del centro en el que además aconsejan equiparse con "calzado adecuado" debido "a las lluvias de los últimos días".

El ovetense Rubén Álvarez y sus amigos, llegados desde Alicante, supieron de la inundación en el mismo centro. Estos visitantes siguieron su "corazonada" cuando, pese a que por teléfono les habían dicho que no había plaza para ver la cueva, también les comentaron "que podía haber cancelaciones" y por lo tanto era posible conseguir un hueco. Así debió ser, pues el grupo de amigos pudo finalmente ayer adentrarse en la cueva de Tito Bustillo para descubrir sus impresionantes pinturas paleolíticas.

La cueva es uno de los conjuntos rupestre mundiales del arte paleolítico. En julio de 2008 fue declarada, junto a otras cuatro cuevas asturianas y nueve más de Cantabria y el País Vasco, Patrimonio de la Humanidad por sus extraordinarias manifestaciones de arte rupestre paleolítico. Esta temporada se puede visitar hasta el 30 de octubre, de miércoles a domingo, de 10.15 horas (primer pase) a 17.00 (último pase). La visita está restringida a un número máximo de 15 personas por pase, por lo que es imprescindible realizar reserva previa.