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Adolescentes destrozan el parque infantil de Posada de Llanes durante un "botellón"

Un matrimonio de la capital del concejo denuncia daños, ataques e insultos todos los fines de semana por las reuniones juveniles en El Cuetu Altu

Sobre estas líneas, Ana Esteban Lando, junto a la señal que todas las semanas derriban en el "botellón"; a la izquierda, José María Gay Pérez señala el retrovisor roto de su vehículo. EMILIO G. CEA

Voces, insomnio, ruidos, destrozos, pintadas, gritos y continuas gamberradas. El "botellón" está provocando serios problemas en Llanes y Posada. La última actuación de los vándalos, en su mayoría adolescentes, causó, el pasado sábado, importantes desperfectos en el parque infantil de Posada de Llanes. Con la particularidad de que el área dedicada a los más pequeños linda con el cuartel de la Guardia Civil de esa localidad, circunstancia que no frenó a los gamberros. Madres y padres de Posada han mostrado su indignación por los destrozos en el lugar de juego de sus hijos.

Dos empleados del departamento de Obras del Ayuntamiento de Llanes visitaron ayer el parque de Posada para emitir un informe y valorar los daños. El concejal de Obras, Juan Carlos Armas, condenó los ataques de los "bárbaros" y prometió iniciar las reparaciones en el plazo de tiempo más breve posible. Señaló su convencimiento de que debe actuarse con contundencia contra el "botellón", que está prohibido por la legislación vigente: sólo se permite beber al aire libre en las fiestas populares y únicamente a mayores de edad.

Adolescentes son también la mayoría de los participantes en el "botellón" que cada fin de semana padecen Ana Esteban Landa y José María Gay Pérez, residentes en un bajo del barrio de El Cuetu Altu, en la villa de Llanes. Los jóvenes se reúnen, bien en Tieves, bien en las inmediaciones del edificio del Inem (antiguo hospital de la carretera de Pancar). Los avisos continuos de este matrimonio, desde el verano pasado, para que la Policía Local y la Guardia Civil actúen no ha servido, de momento, para nada. Piden que la ordenanza "antibotellón", en vigor desde julio de 2011 en Llanes, se cumpla y los fines de semana dejen de ser para ellos una pesadilla.

Los problemas en El Cuetu Altu comenzaron en septiembre del año pasado, cuando el "botellón" se trasladó de la zona de la senda del río Carrocéu, a la del antiguo hospital llanisco. Los jóvenes que participan en esta incívica práctica se reúnen al filo de las ocho y media de la tarde, en la zona del edificio del Inem, bajan a la zona de los bares en la Calzada sobre las diez para cenar, y vuelven a subir para seguir bebiendo hasta la media noche, cuando abren los pubs de la zona y desfilan nuevamente por delante de su casa, según explican los perjudicados.

Soportan los problemas, por tanto, por partida doble. "Sentimos impotencia y mucha rabia", asegura Ana Esteban Landa. "Aquí vive un niño pequeño que se despierta por este motivo y un perro que se asusta cuando nos golpean la puerta de casa, tocan el timbre o tiran cosas contra la fachada", señala. Los coches de su propiedad que aparcan en este lugar han sufrido también el "botellón". Los gamberros han roto, por lo menos, una decena de veces los retrovisores del coche de José María Gay, y al menos ocho veces, los del coche de Ana Esteban. El vehículo de Gay Pérez, que puede ser conducido sin carnet, ha llegado incluso a ser movido entre varios adolescentes para colocarlo en la calzada.

"Estamos cansados de llamar a la Policía y a la Guardia Civil y lo único que hacen es pasarse la pelota unos a otros. Cuando vienen dicen que se dispersen y ya está. Nos dicen que si no les pillan con las manos en la masa haciendo algo no pueden hacer nada", sostienen. Ambos han llegado a salir detrás de algunos de los adolescentes que causan estos destrozos y han recibido insultos y amenazas. A uno de ellos le han denunciado. Desesperados han pedido cita con el alcalde de Llanes, Enrique Riestra, a finales de enero, cuando presentaron una queja formal en el Ayuntamiento, pidiendo que se halle una solución para este problema. A día de hoy no han recibido contestación alguna por parte del regidor para recibirles.

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