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Tres asociaciones proponen peatonalizar el entorno de los bufones para evitar atascos

Las colectivos plantean al Ayuntamiento de Llanes una "ordenación integral" de Llames de Pría de forma "experimental" durante un año

Tres asociaciones proponen peatonalizar el entorno de los bufones para evitar atascos

La Semana Santa volvió a convertir la localidad de Llames de Pría, en Llanes, en un auténtico caos, con continuos atascos y carreteras y caminos atestados de coches. La extraordinaria belleza del entorno de este pueblo, que tiene poco más de 50 habitantes y que ofrece bufones, una playa natural y agrestes acantilados, hace que se vea sometido a una "presión excesiva de visitantes", lo que está provocado "un "grave deterioro" y la disminución de "la calidad de vida de los vecinos", según tres asociaciones llaniscas, que, para afrontar este problema, han presentado en el Ayuntamiento la "Propuesta para una organización integral de Llames de Pría". Incluiría la peatonalización de los accesos a la playa y los bufones (salvo para residentes, alojados, personas con minusvalías, vehículos agrícolas, ganaderos, de servicios, de reparto, etcétera).

La instauración de esta ordenación, según sus promotores, mejoraría "enormemente la calidad de vida de los vecinos" y "las condiciones establecidas para la protección de la franja costera". haría crecer económicamente a la zona, e incrementaría la seguridad y la tranquilidad de los vecinos". Los imoulsores de la propuesta pretenden que la ordenación de Llames se aplique "de manera experimental" durante un año, tras el cual el Ayuntamiento realizaría una "evaluación" para decidir si se retira o si se le da carácter definitivo. Su retirada podría acometerse "prácticamente sin coste alguno para el Ayuntamiento", dado que los elementos que se utilizarían son, básicamente, señales de tráfico, elementos reutilizables y carteles informativos que "de todas formas, han de instalarse para una ordenación eficaz de la zona", indican los colectivos. La propuesta es, con los cambios necesarios, aplicable en otros pueblos y, según las tres asociaciones, permitiría crear uno o dos puestos de trabajo a tiempo completo durante todo el año.

Los promotores son la Asociación de Vecinos de Llames de Pría, la Asociación de Vecinos de Celoriu "La Hoguera" y la Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes (AVALL), que señalan que al "aumento extremado de visitantes" en los últimos años y a la "ausencia de infraestructuras patra acogerlos" se unen dos cuestiones que agravan el deterioro de la localidad y su entorno: varias "obras ilegales, realizadas con el consentimiento de la anterior Corporación municipal" y la "violación de las leyes" de protección, que "sistemáticamente son ignoradas por las administraciones". La afluencia de visitantes es tal que en muchas jornadas los vecinos "no pueden acudir andando a la playa sin el peligro de ser arrollados por un vehículo", tienen "problemas de movilidad si desean salir de casa utilizando su vehículo" y resulta "imposible que los servicios de seguridad (ambulancias, bomberos y policía) accedan a la zona".

Los promotores de la ordenación integral de Llames destacan que la legislación (Directrices Subregionales de Ordenación del Territorio para la Franja Costera, de 1993) define la playa de Guadamía como "natural, con un valor ambiental muy alto, con un uso intensivo y de escasa peligrosidad". Está situada dentro de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y del Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) "Ría de Ribadesella-Ría de Tinamayor", lo que exige actuaciones preventivas y protectoras.

La legislación autonómica exige una zonificación en torno a las playas naturales, como la de Guadamía. Así, la superficie de la playa debe estar "libre de cualquier instalación"; la zona natural periférica ha de ser "de uso público, estrictamente peatonal, con una anchura mínima de 500 metros" y solo "excepcionalmente" tendrá "servicios elementales, preferentemente en su borde más alejado de la costa, y desmontables"; y la zona de estacionamiento ha de estar "oculta de la visión desde la playa, a una distancia mínima recomendada de 250 metros".

Las promotoras de la ordenación de Llames señalan que de respetarse la ley, por el camino de acceso a la playa no podrían circular más que vehículos autorizados. La longitud del camino de acceso a la playa sería de 550 metros y el punto inicial estaría a menos de 200 metros del aparcamiento, en el camino de entrada desde Belmonte, a una distancia aproximada de 700 metros de la playa y cuya situación es "ideal" para que, como exige la ley, se impida la circulación de vehículos particulares.

La propuesta, pergeñada por la Asociación de Vecinos de Llames de Pría, permitiría que los visitantes dispusieran de un lugar donde dejar su vehículo y "caminar una distancia razonable" parallegar a la playa y a los bufones. Con la particularidad de que los accesos peatonales discurren junto a los establecimientos comerciales del pueblo (casas rurales, viviendas vacacionales, bares...), que en las actuales circunstancias ven como la mayoría de los visitantes pasan de largo a bordo de sus vehículos, tanto a la ida como a la vuelta.

El aparcamiento de La Rotella, propuesto ya hace años por Vecinos de Llames, ocuparía toda la parcela comunal (el Ayuntamiento ha destinado hasta ahora a este fin solo una parte). El parking tiene acceso tanto desde la carretera de Garaña (solo precisaría un ensanchamiento del camino existente en un tramo de 30 metros) como desde la de Belmonte (ya con acceso directo), que son las dos únicas entradas existentes a Llames. Además, por sus características, la parcela podría ser utilizada, en caso de necesidad, como circunvalación, lo que repercutiría "muy positivamente en la calidad de vida de los vecinos que tienen sus viviendas alrededor de la plaza, la mayoría, que actualmente padecen un nivel de tráfico y aparcamiento realmente insoportable", según los colectivos.

La ordenación propuesta evitaría la necesidad del actual punto de control de tráfico del camino de los bufones (cadena de cierre) y que los vehículos "colapsaran, como sucede en la actualidad, el núcleo rural por completo, propiciando continuas situaciones de peligro, choques, atropellos, atascos o intervenciones de la Guardia Civil, etcétera".

En Semana Santa, el Ayuntamientos habilitó la mitad de la parcela comunal como aparcamiento. Se llenó, lo mismo que "todos los lugares posibles del núcleo rural, produciéndose "situaciones lamentables", según las asociaciones, que apuntan la posibilidad de cobrar una pequeña cantidad por aparcar, 0,50 euros, lo que supondría una fuente de ingresos nada despreciable que ayudaría a mantener y mejorar los servicios que se ofrecen.

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