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Los lastrinos demandan "beneficios" si se restringe el aparcamiento en el casco viejo

Los vecinos decidirán la medida a aplicar el día 28, en una asamblea en la que elegirán entre las cinco propuestas que formuló la Policía Local

Un obrero trabajando en la calle Real de Lastres. P. MARTÍNEZ

Los vecinos del casco histórico de Lastres quieren tener "beneficios" a la hora de aparcar si finalmente se restringe el estacionamiento en esta área. La medida a aplicar se decidirá en una asamblea el día 28, cuando los asistentes elegirán entre las cinco propuestas que la Policía Local formuló a petición de la asociación de vecinos de Lastres y Luces.

Giovanni Joglar, vecino de La Fontana, cree que habrá que regular, "pero con beneficios hacia los vecinos. Necesitaremos un sitio dónde estacionar", explica. Joglar ve la necesidad "de regular los puntos conflictivos", pero también es consciente de que "en Lastres ya hay poco dónde aparcar, como para que encima haya menos", añade.

No ve conflicto Mari Luz Candás, vecina de la calle Real. "Hay algunos sitios para aparcar y en el medio no lo hace nadie. Un día en concreto igual hay alguien mal aparcado, pero en general no hay problemas", expone Candás, quien cuida a su madre con 95 años y no ve factible dejar el coche en el muelle. Por eso esta vecina vería con buenos ojos la "tarjeta ciudadana" que permitiera aparcar sólo a los vecinos. Con todo, remarca que en toda la calle Real no habrá diez casas habitadas todo el año y limita los posibles "taponamientos" a días contados en el verano. "Y como nos conocemos, nos podemos avisar para que alguien quite el coche si nos molesta", añade.

UIises Vallina, propietario del bar "Bitácora", tampoco ve problema en dejar las cosas como están. "Lleva toda la vida así, ¿para qué lo quieren cambiar ahora?", se pregunta. Teme que si se prohíbe el aparcamiento en el casco histórico durante un periodo u horario determinado luego acabe extendiéndose a todo el tiempo, como sucedió con la bajada al muelle. Consciente de que por estar su negocio en pleno casco viejo es "juez y parte", Vallina no puede renunciar a esos tres coches que hasta ahora han podido aparcar en la placita adyacente a la calle Real donde trabaja. "Tengo entre cinco y siete meses de terraza y no me molestan los coches. Queda la calle libre y no interrumpen el tráfico", dice.

Víctor Hazas no vive en el casco histórico pero quiere protegerlo como "conjunto histórico-artístico" y alerta del peligro que podría tener "un coche viejo que quede sin frenos en verano". En cuanto a las plazas, estima que el casco histórico ofrece espacio "para seis o siete en toda la zona" y se pregunta qué pasará "si hay un incendio o tiene que pasar una ambulancia de forma urgente y no puede".

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