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Diálogos orientales | BERTO ÁLVAREZ PEÑA | Etnógrafo e ilustrador

"Vivimos los últimos coletazos de la cultura de la transmisión oral de mitos y leyendas"

"En las religiones antiguas se rendía culto a los muertos, a los antepasados, y como el Cristianismo no es capaz de erradicarlo inventa los santos"

Berto Álvarez Peña. P. M.

Berto Álvarez Peña (Gijón, 1966) publicó en el año 2012 el libro "Mitoloxía de los santos n'Asturies" y esta tarde (20.00 horas) impartirá una charla en el parador de Cangas de Onís.

-¿Peligra la transmisión de mitos y leyendas en una sociedad en la que la gente ya no se sienta a contar historias¿

-Ya a finales del siglo XIX Fermín Canella alertaba de que se estaban acabando estas cosas y ahora es un poco más la puntilla. El problema es que transmisión oral desapareció, se cortó el hilo, los libros o internet son un soporte que pueden seguir teniendo esas historias, pero hay que recogerlas. Si no tienes el informante, al igual que sucede con otros saberes, se pierde. Hay concejos en Asturias que siguieron siendo agrícolas y ganaderos y hay gente con setenta años que conocen estas historias, pero en otros industrializados o aculturizados los que tienen esta edad ya no las saben. Quienes sabían se murieron y no lo transmitieron. Estamos viviendo los últimos coletazos de esa cultura tradicional y el que desaparezca definitivamente o no va a depender de lo que recojamos ahora de nuestros abuelos.

-¿Están las diferentes historias más estructuradas de lo que se piensa?

-Sí, en general se piensa que la mitología es un terreno abonado para la fantasía sin más, pero en realidad tiene estructuras tremendamente rígidas. Sólo cambian los topónimos de cada zona, porque son arquetipos inamovibles que pueden tener mil o dos mil años de antigüedad.

-¿Cómo desgrana las historias que recoge en las aldeas?

-Lo primero es que el paisano que te cuente la historia y tú levantas acta como si fueras un notario. Luego trabajas en dos ejes, uno geográfico, porque puedes haber escuchado esa historia en otros sitios de Asturias, de la península o incluso de Europa. Y luego tienes otro eje temporal, porque muchas veces esos mismos relatos, la información que te dan los paisanos, pueden aparecer en un códice del siglo XII.

-¿Qué leyenda destaca de las escuchadas en el Oriente?

-"La piedra la culiebra". Hay seis culebras que van echando la baba a una séptima en la cabeza, algo que endurece y forma una piedra con capacidad de curar las picaduras de estos animales. Lo que en realidad hay son seis machos intentando fecundar a la hembra de una culebra que normalmente es la de agua que no tiene veneno y es una leyenda que ya recogía Plinio El Viejo en el siglo I en su compendio de historia natural. Es tremendamente antigua y no se movió nada. Otra curiosa es que si cae un pelo de muyer o una crin de caballo al agua se transforma en serpiente, hay gente que te asegura que lo vio. Hay un gusano que lo llaman gordius que en estado larvario es parásito de los escarabajos y los va royendo por dentro. De adulto es igual que un pelo arrancado de raíz y para reproducirse va al agua de las fuentes, de forma que cuando alguien iba lo que estaba viendo era que había pelos en la fuente que se movían.

-¿Se han contado en esta zona historias de seres mitológicos como el cuélebre?

-Sí, la serpiente, el dragón, nuestro cuélebre, son personajes antiguos a los que se rendía culto, vinculados al agua y la fertilidad y que aparecen en bestiarios del siglo XII como el de Oxford. Pero cuando llega la religión cristiana se demoniza e incluso encarna el mal y siempre acaba matándolo un héroe o un santo cristiano. La terna de la oscuridad y la luz. En Corao, por ejemplo, se contaba una historia de un cuélebre que les comía los ganados y es el cura el que se presenta a caballo y le dispara. El cuélebre cruza el río, le entra el agua en la herida y se muere. Pero el cura no sabe lo que pasó, así que revienta el caballo corriendo y se esconde en la iglesia de Abamia, donde se muere del susto.

-¿Y sobre las xanas?

-Sobre les "xanes", "xinxanes" o "xinxanganas" en la zona de Cangas de Onís y "encantadas" en el Occidente, son homónimas a un montón de las que en Europa llaman hadas. Son divinidades femeninas, protectoras de la agricultura y el ganado, que pueden dar dones a los pretendientes pero no las puedes contraria porque son vengativas, tienen la cara buena y la mala. Cuando llega el Cristianismo e impone un dios único se apartan a un cajón de sastre o se adoptan bajo la advocación de la Virgen María.

-Algo parecido ocurrió con los santos.

-Sí. En las religiones antiguas se rendía culto a los muertos, a los antepasados, y cuando llega el Cristianismo quiere acabar con eso, no es capaz erradicarlo e inventa los santos. El antepasado es el protector del clan, de la familia y de las tierras. Los santos son también buenos muertos y protectores, tienen incluso funciones específicas. Son, por decirlo de alguna manera, unos "dioses piquiñinos".

-¿Qué hay de las leyendas del hombre lobo?

-Se cuentan en Cabrales, Sotres, por una maldición que echa el padre o la madre por comer carne en Cuaresma. Hay quien piensa que sólo las hay en el Occidente por la influencia de Galicia, pero aparecen en toda Europa. En este sentido, guardo una anécdota que me sucedió mientras una señora me contaba esta historia, exactamente igual, de alguien que se había vuelto lobo, en el concejo de Illas. Me dijo: "esas cosas antes pasaban, ahora ya no pasan". Hay otra que se contaba en zonas como Cabrales, sobre todo a los niños cuando tenían una herida un poco honda. Decían "va a salite el alma piquiñina por ahí". En la reminiscencia antigua existe la creencia del alma ósea; los pueblos cazadores, cuando existía el chamanismo, tenían la idea de que dentro del hueso residía el alma.

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