La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Personajes de Cangas de Onís

"El Melu", experto en piedra y en pesca

José Antonio Palacios Grande trabajó como cantero en Covadonga, en el antiguo Instituto Femenino y en el cuartel cangués

José Antonio Palacios, en Cangas de Onís. J. M. C.

La caliza no tiene secretos para él, pues toda su vida laboral estuvo vinculado al gremio de la cantería. José Antonio Palacios Granda, al que conocen en la comarca del suroriente asturiano por "El Melu", ya jubilado, cuenta 69 años de edad, nació en la ribereña localidad de Tornín (Cangas de Onís) y desde muy joven se dedicó a labrar la piedra para la construcción, desarrollando cantidad de trabajos en el real sitio de Covadonga, allá por la década de los sesenta del siglo pasado.

De rapacín cursó estudios de Primaria en la Escuela de Tornín, a la que también acudían en aquellos tiempos niños y niñas de pueblos vecinos, como Santianes (Parres). Hubo años en los que había alrededor de cuarenta críos y crías asistiendo a clases, impartidas por una maestra de Aballe. Con apenas 14 años, "El Melu" se inició de pinche en el sector de la construcción, en una obra en la calle Emilio Laria ("Casa Tanario").

Más adelante, a los 18 años, fue contratado por Serafín Vila, "Serafu", para trabajar la piedra. Uno de sus primeros tajos sería las escaleras del Instituto Femenino y el murete que rodea la ermita Santa Cruz, en la ciudad canguesa. Su tarea consistía en asistir a los oficiales que se dedicaban a la especialidad de cantería -Diego, Cardín y el propio Serafu-. La piedra procedía de la cantera del Dobra (Amieva).

Sin embargo, en la década de los sesenta, "El Melu" -mote del que desconoce su procedencia, heredado de su padre, Manuel Palacios Suárez, quien también trabajó en el gremio de la construcción- tenía su centro de operaciones en el santuario de Covadonga, ya que allí se desarrollaban infinidad de trabajos de cantería: la explanada del Chorrón de la santa cueva, los muros del entorno, el puente por el que transcurre la carretera de acceso a la basílica, etcétera...

Asimismo, intervino, entre otras muchas actuaciones, en la colocación del pórtico del Real Sitio, formado por dos pilastras de la época de Carlos III y ubicadas a uno y otro lado del puente de El Repelao, lugar histórico, ya que se considera que es ahí donde fue Pelayo coronado Rey, y actualmente es donde empieza el real sitio de Covadonga y el parque nacional de Picos de Europa. Se hizo de manera artesanal, piedra a piedra, tras desmontarlas previamente en su antigua localización, en el mismo santuario mariano.

Corría el año 1968 cuando Palacios recibe la llamada del Ejército para cumplir el servicio militar, viendo obligado a dejar su actividad laboral en Covadonga. La instrucción, por espacio de algo más de dos meses, la realizó en El Ferral -"había un calor que te morías", recuerda- y, con posterioridad, fue destinado a Artillería número 26, en Valladolid. Tuvo suerte, ya que sólo cumplió unos pocos meses en lares pucelanos, pues el resto del tiempo lo pasó en Asturias, con permisos. Eso sí, algún que otro arresto le tocó por llegar tarde en más de una ocasión al cuartel.

"En una ocasión el entonces abad de Covadonga, don Emiliano de la Huerga, preguntó a Serafu por mí. Le contestó que estaba en la 'mili'. Se interesó e hizo las gestiones oportunas. Poco después, alterné el servicio militar con los permisos, de 30 y 40 días cada uno, que me permitían seguir trabajando la piedra en Covadonga, abujardando el interior de la basílica, coincidiendo con la instalación de la calefacción. De los doce meses del servicio militar en Valladolid, sólo cuatro los pasé allí; el resto en casa", comenta con sorna José Antonio.

Licenciado de la "mili" se reincorporó a su trabajo. Fue el momento del taller de cantería de la entonces Marmolería Dobra, en Cañu (Cangas de Onís). Además de abujardar la piedra, a mano, también le tocó extraerla de la cantera, en el mismo Dobra, en los límites del parque nacional de la Montaña de Covadonga. Cuñas y barras de hierro eran las rudimentarias herramientas utilizadas para sacarla y cargarlas en la carroceta, provista de un cable, de Luis Solís.

Sacar aquella piedra caliza, con tonalidades grises, salmón o rojas, llevaba solapado un cierto riesgo, sobremanera el periodos de fuertes crecidas del río Dobra, afluente del Sella, ya que la carroceta de turno debía cruzar el cauce de la zona canguesa hacia la amievense. "Lo peor era cuando crecía el río. Había que meterse en calzoncillos en el agua, cuando bajaba el nivel, para limpiar el paso y que pudiese pasar el vehículo", asevera "El Melu".

Otra obra que le marcó fue la construcción del cuartel de la Guardia Civil de Cangas de Onís, a mediados de los setenta de la pasada centuria. Trabajó a destajo en la preparación de la piedra de los muros, escaleras y fachadas. "En el taller ganaba 14.000 pesetas al mes; y a destajo, en el cuartel, llegué a cobrar alrededor de 32.000 pesetas mensuales. Era mucho dinero en aquella época, a 200 pesetas por metro cuadrado", rememora. En Verdiciu, cerca del Cabo Peñas, asimismo dejó su impronta en una urbanización.

Gran aficionado a la pesca fluvial, "El Melu" lleva practicando esa actividad tradicional desde que su padre le sacó la licencia, con 15 años. Le encanta la pesca de la trucha en el Dobra, Ponga, Güeña... no así la del salmón. Hubo días, cuando no había cupo de capturas, en los que llegó a sacar entre 5 y 6 kilos de truchas, en plena riada. "La piedra y la pesca siempre fue lo mío", sentencia. También suele jugar alguna que otra partida de subastao, pero sin compañero fijo.

Lleva casado 45 años con Rosa María Priede Martínez, "Rosi", natural de Enu (Amieva), a la que conoció en Cangas de Onís, cuando ella trabajaba con el médico pediatra Luis Díaz. Tienen dos hijas: Ana y María José, así como un nieto, Adrián Palacios Palacios, éste de 16 años de edad. A "El Melu", como buen tertuliano, le llenan las conservaciones rodeado de su "peña" de amigos, aunque echa en falta las que celebraban en el desaparecido bar El Casín, con una mesa de billar de por medio.

Compartir el artículo

stats