"Una foto inusual". Es lo que el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, vio ayer en la Santa Cueva cuando se dispuso a bendecir a los niños en el tercer encuentro episcopal con las familias, organizado desde la parroquia de los Santos Apóstoles de Oviedo y en el que participaron más de doscientas personas.

La idea inicial era llegar al santuario de Covadonga caminando desde el parking de Muñigo, pero las lluvias obligaron a los peregrinos a desistir y desplazarse en autobuses y coches particulares. Esto no alteró el programa, que comenzó con la bendición en la cueva de las decenas de niños que acudieron, a los que el arzobispo explicó: "La Santina nos enseña a mirar la vida cuando viene bien y estamos contentos o cuando se presenta dura; pero vale la pena mirarla". Tras la imposición de manos hubo un acto para toda la familia en el salón, luego una comida de confraternización y por la tarde magia y otros juegos para los niños. La jornada concluyó con la Eucaristía en la Basílica.