Carmen Codesal (Ribadesella, 1975) es la presidenta de la asociación "Entaína Ribeseya" desde su creación hace dos años. Han recuperado el enrame de fuentes por San Xuan, las alfombras florales de La Magdalena y la unión social en torno a la fiesta de las Piraguas, para la que anuncian novedades.
-Casi dos años de trabajo en torno a la cultura riosellana, ¿cuál es su balance?
-Empiezo por lo negativo y dejo lo bueno para el postre. Nos dimos cuenta de que no estamos acostumbrados a trabajar en grupo y hubo mucho baile de gente. Por otra parte, los doce que estamos ahora (que contamos con otras seis o siete personas que no están al cien por ciento) somos gente muy activa y estamos a mil cosas. Luego parece que desde las instituciones siempre nos ponen trabas, parece que quieren entorpecer el asociacionismo, que no gusta que el pueblo se organice.
-¿Por qué lo dice?
-Veinticuatro horas antes de empezar la Folixa de la Sidre, el mes pasado, teniendo todos los papeles en el Ayuntamiento metidos -el último del 23 de marzo- nos dicen que el secretario municipal nos lo echa para atrás porque nos faltan permisos, nos pedían cosas que nunca vi que pidieran a nadie. Gracias a que el concejal de Festejos, Pablo García, apostó porque se hiciera y es de agradecer. Además vino a apoyarnos todos los días.
-¿Y lo positivo?
-Todo lo demás. A pesar del esfuerzo, que también es físico. Y la respuesta por parte del pueblo a todos los niveles: negocios, asociaciones y entidades como el centro de Tito Bustillo y la Oficina de Turismo. Creo que ven que, aunque tenemos claro nuestro ideario de asociación cultural (en torno a la cultura local y asturiana) trabajamos mucho y en beneficio de todo el mundo. Lo notamos, por ejemplo, en que este año hubo mucha más gente del pueblo en la barra de la Folixa. Eso era lo que queríamos, que los riosellanos se volcaran en sus propias actividades, que no esperaran por una programación hecha. Todo el mundo tiene algo que aportar.
-¿Cuál es su hoja de ruta para este año?
-Queremos seguir con lo recuperado y asentado. Con el enrame de fuentes y el concurso de los pueblos, que respondieron muy bien. También vistiéndonos en Guía para dar valor a la villa marinera, que no turística, y a la asociación que organiza las fiestas. Nos gustaría volver a hacer la alfombra floral de La Magdalena, que el año pasado nos fue imposible por falta de tiempo, el amagüestu y si podemos una fiesta del socio para premiar a toda la gente que nos apoya. Pero esto fuera de la temporada alta, nos gusta hacer cosas para nosotros.
-Otra de sus apuestas fuertes fue la fiesta de las Piraguas, ¿qué novedades tienen?
-Vamos a recuperar dos gigantes y un cabezudo. Ahora tenemos hechas las estructuras y entre todos intentaremos tenerlos listos para llevarlos al desfile de Arriondas, pero también intentaremos recuperar el de aquí. Queremos que venga gente de Cangas, de Parres y de Piloña, que se impliquen los cuatro concejos ribereños. Si luego viene gente de fuera, pues mejor.
-¿Se recuperará entonces el desfile de Ribadesella?
-Por lo menos por parte de "Entaína", sí. Y el Ayuntamiento está preparando animación por la calle para ese día. Queremos volver a recibir a los campeones del Sella por las calles del pueblo, cuando los deportistas ya están de celebración. Recuerdo de cría cuando se ponían las peñas, había cánticos y venían los coches y tractores disfrazados con alguna temática. También queremos hacer algo para el día del izado de banderas autonómicas, eso tenemos que hablarlo con el CODIS. Nos gustaría algo simbólico, del tipo del "Allume" que hacen en Arriondas, para que no quede como algo institucional sin más.
-¿Qué le parece que el gobierno local vaya a hacer una semana de festejos por las Piraguas?
-Bien, creo que es la gran ambición de todos los riosellanos. Si tenemos el pueblo lleno de gente, no tenemos que verlo como algo negativo. Donde hay un problema, hay también una oportunidad.
-¿Necesita "Entaína" más manos y savia nueva?
-Necesitamos refuerzos estables, más manos. Y un objetivo importante es conectar con los jóvenes del concejo, porque vemos que se van a los dieciocho años y que no vuelven.
