Cuando ya parecía definitivamente cerrado, el "culebrón" de la residencia de ancianos de Poo de Cabrales resurge con fuerza, tras renunciar la empresa adjudicataria, la misma que gestiona la residencia Sierra del Cuera en Posada de Llanes. A la empresa no le salen las cuentas, o eso fue al menos lo que trasladó justo el día que iba a firmar el contrato definitivo a las autoridades cabraliegas, que abordarán hoy mismo este asunto en un pleno.

El equipo de gobierno, que integran el PP, Foro y Somos Cabrales, tiene un serio problema. De un lado, solo se presentó a la licitación la empresa que ahora ha renunciado. De otro, revocar la adjudicación requiere una aprobación por mayoría absoluta, que hoy no tendrá el tripartito, por la ausencia de una concejala. Así, la revocación de la adjudicación queda en manos del Grupo Socialista, que en la comisión informativa del lunes se abstuvo al abordar este asunto.

Una tercera vía, la modificación de las condiciones de licitación podría acarrear problemas al Ayuntamiento, pues podrían recurrir empresas del sector, alegando que no se presentaron al concurso, precisamente, por las condiciones impuestas por el Ayuntamiento, entre las que destaca la exigencia de que haya un vigilante nocturno en la residencia y otro que pueda acudir en menos de 15 minutos en caso de necesidad. Esta condición fue la más cuestionada por la empresa adjudicataria.

La construcción del edificio empezó en 2009 y concluyó en 2011, pese a lo cual aún sigue cerrado. El equipo de gobierno confiaba en que abriera este mes o en junio. Ya no será posible.

La residencia de Poo tendrá 21 plazas, 11 de ellas concertadas con Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias (ERA). Ha costado 1,3 millones de euros, de los cuales el 90 por ciento fue aportado por el Principado y el resto, más el solar, la redacción del proyecto y el seguimiento y control de la obra, por el Ayuntamiento. La residencia de ancianos de Cabrales es un logro vecinal, que los políticos regionales prometieron ya en 2007.