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Cangas de Onís pueblo a pueblo

Sotu l'Ensertal, el paraíso de los border collie

Los lugareños José Carcedo y María Josefa Cueto aprovechan su jubilación del campo para criar los perros pastores de su nieto

Sotu l'Ensertal, el paraíso de los border collie

"Toby" y "Ron" son dos de los habitantes de Casa Carcéu, edificio ubicado en el barrio de La Mediana, en Sotu l'Ensertal. Estos cachorros de border collie comparten hogar con seis hermanos, su madre "Lira" y sus dueños José Carcedo y María Josefa Cueto. "En realidad pertenecen a nuestro nieto Adrián Álvarez, que los cría y son su pasión, pero nos entretiene mucho cuidarlos cuando él trabaja, son un amor" matiza este matrimonio jubilado del campo. Los perros-pastor son aún demasiado pequeños para acompañar a Carcedo en sus paseos hasta la capilla de San Julián, donde cada primer domingo de junio se celebra la fiesta del "Santín del Sagrado Corazón" con una misa o hasta Mestas de Con por la Vega. Pero los border collie no son la única savia nueva del pueblo, ubicado a casi nueve kilómetros de Cangas de Onís (se llega por la AS-114 en dirección a Panes por el desvío de Intriago) que cuenta con 18 casas habitadas de continuo. A la localidad acaban de mudarse tres familias, dos de ellas con hijos jóvenes.

La tendencia hace años era a la inversa, según cuentan. "El ochenta por ciento de los vecinos se iba a Holanda en busca de un futuro mejor. Yo no quise dejar a mis abuelos Ramón Miyares y María Fernández solos porque fueron los que me criaron cuando faltó mi madre", explicó Carcedo. Quien sí lo hizo, aunque sin olvidar sus orígenes, fue Emma Remis, de 78 años. "Estuve treinta y seis años trabajando en una fábrica de televisores en Suiza, donde viven mis dos hijos, pero esta tranquilidad no la cambio", contó. Los vecinos aseguran que el desarrollo del pueblo está ligado a los indianos. "Los hermanos Rodrigo y Benito Remis sufragaron la escuela en Intrialgo porque antes teníamos que dar clase muertos de frío en la capilla de Santa Ana. También la traída de agua y pusieron 50.000 duros para abrir la carretera y dieron jornal a los del pueblo", rememoran los lugareños, que confían que el Ayuntamiento acondicione las cunetas entre Sotu y Mestas "porque están un poco abandonadas".

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