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Un vecino de Onís, multado con 2.201 euros por quemar "un matu" de 2 metros cuadrados

Benedicto Rojo, que pagó 1.000 euros por desobediencia, pleiteará contra el Ejecutivo

En primer término, el "matu" de Ibéu al que dio fuego Benedicto Rojo, poco después de la acción.

Benedicto Rojo, vecino de Onís, ha pagado 2.201 euros de sanción por quemar "un matu" de dos metros cuadrados. Tras una denuncia de una agente de las Brigadas de Investigación de Incendios Forestales del Principado de Asturias (BRIPAS), Rojo fue sancionado con 1.200 euros por esa acción y 1.001 euros por desobediencia. El oniense pleiteará contra el Principado para que le devuelvan esos 1.001 euros, ya que ganó la vía penal, al exculparlo el juez del delito de desobediencia del que lo había acusado la agente de las BRIPAS.

Rojo quemó un matorral en una zona comunal del monte Ibeú, a donde había ido a saber de sus ovejas, el 23 de mayo de 2012. "Es verdad que lo hice, y sin permiso, pero también que las quemas controladas son parte de nuestra tradición y cultura", señaló el ganadero. La quema ni siquiera afectó a dos metros cuadrados de suelo, pero fue observada por la agente de las BRIPAS, que le dio el alto cuando ya bajaba hacia Benia en su vehículo. "Me preguntó si había prendido fuego al matorral y le dije que sí. La invité a que subiera a comprobar los daños, pero no quiso". Me pidió que me identificara y yo le dije que primero debía que identificarse ella. Como no lo hizo, yo, tampoco", rememoró. Fue la Guardia Civil la que identificó a Benedicto Rojo, ya en Benia. Después llegaría la denuncia en el Juzgado de Cangas de Onís.

Rojo ve "injusto" y "desproporcionado" multar con 2.201 euros a quien quema "un matu" de dos metros cuadrados. Y también que se le acuse de desobediencia. Denunció el "afán recaudatorio" de la Administración, que calificó de "vergonzoso y lamentable". Destacó que el fuego, de manera controlada, se ha utilizado en la zona desde hace miles de años, como ha demostrado un estudio de la Universidad de Oviedo. Y añadió que si los ganaderos no quemaran el matorral, "Asturias sería una selva o ya habría ardido entera".

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