Los alumnos del Instituto Rey Pelayo de Cangas de Onís tendrán que seguir recibiendo clases en barracones al menos este curso y el siguiente. Esas son las previsiones que baraja la Consejería de Educación, que se encuentra inmersa en la fase de contratación del proyecto para demoler el edificio dañado del centro y levantar uno nuevo. Este proyecto será costeado por el Principado, después de que fuera denegada por segunda vez la petición de la Administración regional de realizar un derribo sostenible financiado por la UE dentro del programa "Life".

Una vez que esté listo el proyecto quedaría por delante abrir el proceso de licitación y adjudicación de las obras, por lo que muchos padres y tutores desconfían de los plazos otorgados por la Administración regional y temen que el proceso se alargue más de lo previsto. El Instituto de Cangas de Onís se vio obligado a suspender durante tres días las clases a comienzos del curso 2014-15, en septiembre, después de que un informe de la Consejería detectara deficiencias en el 80 por ciento de la estructura de uno de los tres edificios que integran el centro educativo cangués.

Los más de doscientos alumnos que recibían clase en esta construcción -de 2.900 metros de superficie- fueron reubicados de urgencia en la Escuela Hogar del Reconquista durante el primer trimestre del curso. La Consejería invirtió más de 100.000 euros entonces para contratar a una empresa privada el alquiler de once módulos portátiles, a modo de aulas, en el patio del colegio, en la zona más próxima al edificio de Formación Profesional.

Las instalaciones, que se estrenaron en enero de 2015, cuentan con unas dimensiones aproximadas de 40 metros cuadrados y una capacidad de hasta 30 alumnos, cada una. Diez de los "barracones" fueron equipados como aulas mientras que el undécimo se destinó a usos de laboratorio.

El director del instituto, Benjamín Argüelles, mantuvo un encuentro el martes pasado con el consejero de Educación, Genaro Alonso, al que arrancó la promesa de que el nuevo instituto se estrenaría "muy pronto".

"La predisposición del Principado es buena. Nos dieron todas las garantías y solo para redactar el proyecto de derribo se han dejado unos 300.000 euros, un buen pellizco", señaló Argüelles.