Han trabajado mucho durante el curso y hasta el día 27 compartirán los frutos de este esfuerzo con todo aquel que quiera pasarse por la Casa de Cultura de Ribadesella. La quincena de alumnas del taller de pintura Caxigalines, de María José Bode, participan en una exposición colectiva con tres o cuatro de las obras que cada una ha realizado durante el curso.

Entre la temática que han elegido para representar sobre el lienzo hay retrato, paisaje y marinas y para hacerlo han empleado diferentes técnicas: "lápiz, carboncillo, pastel, acrílico y óleo", enumera Bode, la profesora y también edil de Cultura.

Lleva unos diecisiete años dando clases de pintura y en todos los cursos ha hecho exposición, alternando Caxigalines con la Casa de Cultura. Organizar estas muestras colectivas "presta un montón" tanto a la profesora como a las alumnas -en el caso de este año son todas mujeres- porque "se juntan, hablan y es la forma de ver la evolución que se va teniendo al cabo de los años. No pintas lo mismo cuando llevas un año que cuatro", explica Bode.

La pintora ha visto cómo "la gente le pierde el miedo", pues este temor existe al principio hacia la pintura y en su taller trata que se despojen de él. "Nunca tiramos un cuadro, porque siempre tiene solución", añade. La evolución con las técnicas suele variar en función de la edad.

"Si son críos los pongo a dibujar, porque no deja de ser la base de la pintura y les viene muy bien para el cole", expone Bode, quien a continuación los introduce en el carboncillo y luego en la acuarela para abordar la mezcla de colores. Normalmente acaban en acrílico, aunque si tienen una cierta edad pasan al óleo, "más fácil", pero que implica el uso de productos como el aguarrás.

En cambio, si son adultos, "no importa. Hay gente a la que le gusta dibujar y otra que sólo quiere pintar. Hay trucos para que, aunque no seas un gran dibujante, puedas hacer algo aceptable y pasar a pintar".