El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, estableció ayer en Covadonga un paralelismo entre la parábola del buen samaritano y la situación que viven los refugiados de países como Siria e Irak. El religioso ve esa similitud en el personaje anónimo que en el relato bíblico es asaltado por unos bandoleros e ignorado "por dos funcionarios del culto, el sacerdote y el levita", quienes no reaccionan ante "el fratricidio social y pasan de largo". El samaritano, "medio pagano", se detiene, le venda las heridas, le cuida toda la noche en una posada y se ofrece a pagar a su vuelta lo que deje a deber.

Sanz Montes hizo una emocionada lectura de esta parábola en la charla que cerró la programación anual de la Conferencia de Religiosos (Confer) en Asturias. Lo hizo ante unas cien personas de diferentes comunidades, a las que invitó a preguntarse quién es su prójimo, "qué heridas tiene, quién le ha asaltado", cómo se pueden acercar a él, "curarle y llevarle a ese hospital de campaña del que habla el papa Francisco". El arzobispo acudió vestido como "hijo de san Francisco", como monje franciscano, y explicó que tiene "doble militancia". Expuso, además, la "reflexión personal" que realiza en este "año de la Misericordia" y confesó que siempre que lee la parábola del buen samaritano se conmueve. "Me pone colorado, me señala, me anima y me pone delante a los prójimos que el Señor me ha confiado", describió el dirigente eclesiástico.

En Asturias hay unas 700 personas cuya vida está consagrada a alguna de las cien comunidades que, en su mayoría, están implantadas en las ciudades de Oviedo, Gijón y Avilés. Algunas como las Dominicas de la Anunciata, las Hermanitas de los Pobres, los Claretianos, los Jesuitas o los Hijos del Santo Ángel estuvieron representadas ayer en Covadonga en un acto que contó con algo menos de asistencia que otros años porque, como subrayó el presidente de Confer Asturias, Simón Cortina, "coincidieron varias cosas".

La religiosa es una comunidad mayoritariamente femenina en Asturias, pues sólo hay 140 hombres. Sobre la edad de sus integrantes, Cortina restó importancia a este factor e hizo hincapié en su labor.

"Hay muchos años y mucha vida en aquello que hacemos", destacó el representante de los religiosos, quien forma parte de las generaciones más jóvenes. "Me toca vivir con autenticidad la encomienda que tengo y soy optimista, queda mucho por hacer y Dios nos sigue animando a que lo demos todo", explicó al término de la charla.