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Denuncian falta de material sanitario en la residencia de Lastres, abierta en febrero

Unos treinta empleados protestan contra el despido del enfermero que alertó de unas deficiencias en el centro de mayores que la dirección niega

Miguel Ángel García, tercero por la derecha, arropado por sus compañeros frente a la residencia lastrina. P. M.

Cuando el joven enfermero Miguel Ángel García empezó a trabajar en la residencia de Lastres a principios de febrero "no había material tan básico como un termómetro o un tensiómetro" y, ante la llegada de nuevos residentes, optó por llevarlos de su casa y hacer una reclamación por escrito a la dirección del equipamiento. Además, García se atenía "a la ley" en la prescripción de los fármacos por principio activo y no por marca comercial. Hace unos dos meses recibió "la carta de despido" y ayer estuvo arropado por una treintena de empleados del ERA (Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias) que piden "trabajar sin miedo".

El director de la residencia, José Luna, aseguró que están "provistos de todo el material necesario. Si faltara material, no podríamos trabajar", añadió antes de apuntar que en la actualidad hay 22 residentes. Luna mantiene, por otra parte, que él no despidió "a nadie", sino que informó de que el trabajador en cuestión "no reunía condiciones para realizar su trabajo de una manera eficaz o correcta". Sobre quién ha tomado la decisión de que García no continúe en la residencia de Lastres, el director cuestionó si es o no un despido y añadió: "ahí ya me pierdo". El joven enfermero no sólo ha perdido su trabajo, sino que ha sido excluido de la bolsa de empleo del ERA, un asunto del que Luna aseguró tampoco saber nada. Contra esta exclusión la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI() ha presentado un recurso ante la magistratura laboral, pues consideran que "no existen causas" para ello y "le perjudicará, económica y profesionalmente", explicó Canor González, representante sindical. García no podrá acceder ahora a los puestos de trabajo que se generen en otras residencias públicas, unos centros de trabajo que el Principado abre para "hacerse la foto y punto", pues según denunciaron los concentrados no están dotados ni con el material ni con la plantilla necesarios. En Lastres, describió García, tampoco había al principio palanganas para asear a los residentes y falta un tercer enfermero para cubrir todos los turnos sin que alguno de los once auxiliares (ahora uno más) tuviera que realizar funciones que no le corresponde, como dar medicación.

En cuanto a las carencias materiales, este periódico ha podido saber por personas cercanas a residentes que no hay timbres en la habitación, ni televisores ni enchufes para conectarlos. García aseguró que hay un solo enchufe por habitación, mientras que el director afirmó que están dotadas con más. En cuanto a los televisores, dijo que en ningún lugar es la propia residencia la que dota a las estancias personales de este electrodoméstico.

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