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San Antoniu es cosa de gigantes

"Estamos orgullosas de que los nietos sigan la tradición", dicen Isabel y Maruja Díaz, encargadas de adecentar los voluminosos cabezudos en Cangas de Onís

Isabel y Maruja Díaz con los gigantes del desfile de las fiestas de San Antoniu, ayer, en el barrio de La Concepción de Cangas de Onís. C. CORTE

El alma de las fiestas de San Antoniu está en el barrio de la Concepción de Cangas d Onís. Allí vive Maruja Díaz de la Fuente, que colabora "desde siempre" en el adecentamiento de los gigantes y cabezudos del desfile que mañana por la tarde volverán a tomar las calles como preludio de la joguera, con el fuego como protagonista. En la tarea cuenta con la ayuda de su hermana Isabel, que a punto de cumplir los 90 años no se pierde el festejo "por nada del mundo". Las dos se encargaron estos días de vestir con el traje del país a personajes como "Pinón" y "Telva", un trabajo nada fácil si se tiene en cuenta que los muñecos miden unos tres metros. "Antes era más complicado limpiarlos porque los trajes quedaban por un almacén pero ahora se guardan con mucho cuidado de un año para otro y no dan guerra", explican las hermanas, que también colaboran, entre otras cosas, adornando uno de los ramos de la procesión de San Antoniu. Las dos tienen claro cuál es el momento más emocionante del festejo: cuando ven salir el ramu con el pan de Santa Rita desde su propia casa porque "vienen a la mente recuerdos de los que ya no están, como nuestros padres".

Ambas presumen de que su progenitora, Nati de la Fuente, fue la impulsora del desfile con panderetas de la fiesta patronal. "Cuando nuestros padres llegaron en los años 30 desde Cabrales para abrir una panadería en Cangas ya había procesión y costumbre de ofrecer pan en maconas pero no fue hasta finales de los sesenta, por iniciativa suya, cuando las mozas empezaron a tocar al son del tambor en la procesión a la capilla de El Robledal", afirmaron. "Nuestra madre entonces ya estaba jubilada y organizó el desfile, convenció a las vecinas para que se vistieran de aldeanas y al Ayuntamiento para que subvencionara el alquiler de trajes a personas sin recursos y vendió rifas con las que sufragar una comida a las mozas del ramu", dijeron. Su padre, José Celorio, se encargó de ponerle la banda sonora a las fiestas canguesas, adaptando la letra de San Roque, de su H.ortigueru natal.

Lo que empezó siendo un festejo familiar se ha convertido en un evento declarado de interés turístico regional gracias, en gran medida, al esfuerzo de este clan familiar, que sigue teniendo "los nervios a flor de piel" cada vez que se acerca el 13 de junio.

Tanto Maruja como Isabel reconocen que la fiesta ha cambiado en los últimos años. "Antes era más familiar, se comía en casa y ahora se va al Robledal. A la joguera no íbamos porque cocinábamos hasta tarde y el día siguiente había que madrugar mucho para vestir a las mozas para San Antoniu, pero de eso se encargan ahora las que alquilan los trajes", cuentan. Su pasión por San Antoniu ha calado hondo en las nuevas generaciones: la hija de Maruja, Conchita Inguanzo, presidió la sociedad de festejos de San Antoniu (Sofesa) en 2007 y su sobrina, Fifi Fernández enseña a tocar la pandereta a los jóvenes del municipio los días previos a la procesión. "Estamos orgullosas de que hijos y nietos sigan la tradición", cuentan las mujeres, que se preparan para la romería que hoy tiene como protagonistas a los niños, con la instalación de un parque de atracciones en el colegio Reconquista, por la tarde.

La joguera estará animada mañana por las orquestas "Cañón" y "Taxxara". El lunes, día grande de las fiestas, la procesión del santu hasta su capilla en el Robledal (13.00 horas) estará precedida por una romería a cargo de "Fernando y sus teclados". Por la noche actúa "Grupo Pikante" y "Orquesta Trébol". Las fiestas finalizan el día 19 con la Jira, en la vega de Contranquil.

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