"Covadonga es uno de esos pegollos, pilares, columnas que junto con Jerusalén, Roma y Aquisgrán componen esa Europa del peregrinaje" que se convirtió en motor cultural de Europa. Fue, además, "uno de los valores importantes en ese caminar hacia Santiago de Compostela".

Así la describió ayer Cecilio Fernández Testón, cronista de las dos peñamelleras y autor del libro "Covadonga: Historia y arte, Naturaleza y tradición", que se presentó ayer en la sala capitular del santuario y que dio paso a una conversación sobre las reliquias de Santo Toribio de Liébana y el Salvador de Oviedo en el Camino de Santiago.

El historiador destacó en su exposición la importancia del Camino Vadiniense o Ruta Jacobea por Liébana, un itinerario que enlaza el Camino del Norte con el Camino Francés a través de los Picos de Europa y, claro está, de Covadonga como parada de referencia. En el monasterio de Santo Toribio de Liébana (Cantabria) los peregrinos visitaban la mayor reliquia conservada de la cruz de Jesucristo y de allí pasaban a Covadonga atravesando los Picos de Europa, un "murallón" con unas pocas salidas geográficas que Fernández Testón describió con precisión.

El cronista reflexionó sobre la comunicación entre el norte y la meseta en lo cultural y lo religioso y desde el público destacaron la importancia de esta vía y de estos vínculos y destacaron "los ecos de Covadonga" han llegado, también en época contemporánea, hasta tierras castellanas como las de Sahagún de Campos. Tras la exposición de Fernández Testón se abrió un turno de intervenciones que el abad de Covadonga, Juan José Tuñón, aprovechó para reflexionar sobre la evolución del peregrinaje y la "prisa" que parece envolver al actual por hacer el camino "cuanto antes, en el menor número de días posible".

Esta actitud, opinó el abad, conduce a que en muchas ocasiones los peregrinos no tengan tiempo de visitar determinados lugares, una limitación "que el peregrino medieval no tenía".

En la conversación también hubo tiempo para remarcar la importancia que tuvieron Covadonga y la "vía vadiniense" en la Reconquista cristiana tras la invasión musulmana. Fue en esta zona, relató Fernández Testón, donde la civilización cristiana "tomó impulso" para volver a vincularse con sus orígenes.