El acotamiento de la superficie que ocupará el embarcadero de canoas del Sella se aprobó con unanimidad y también algunas dudas. Tanto Pueblu como PSOE preguntaron por el riesgo del uso privativo de la zona por parte de las empresas, algo que el concejal Jorge Núñez descartó por completo. El PP, por su parte, pidió que las gestiones para poner en marcha el embarcadero se aprovechen para "acabar con la precariedad que hay río arriba", en referencia a los distintos puntos en que las empresas de turismo activo recogen a sus clientes y a los chiringuitos de la ribera, algunos de dudosa legalidad. El portavoz popular, Juan Manuel Blanco, pidió diálogo con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico para este asunto y también con las empresas y los ayuntamientos implicados. Núñez explicó que es un tema "muy delicado" y aseguró que con la actuación prevista, que dignificará la imagen de la actividad en Ribadesella, se forzará "a que todas las empresas recojan ahí". El edil descartó, además, pedir contribución económica a estas empresas por la posibilidad de que demanden un uso privativo del espacio.