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La comarca perdió 1.129 autónomos en ocho años y la mitad eran del sector primario

Amieva, con una subida del 25%, es el único concejo que resiste, y Ribadedeva, con el 33% menos, el que lidera la caída del autoempleo

Una embarcación pesquera en el puerto de Lastres. P. M.

En la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de Asturias (UPTA) preocupa el relevo generacional en negocios de autónomos de la zona rural "que están desapareciendo y podrían ser viables a través de políticas concretas, dirigidas hacia desempleados con poca formación o a jóvenes que ni estudian ni trabajan", expone Manuel Prieto, su presidente. Señala que se podría establecer un periodo formativo y de adaptación para que el nuevo autónomo aprendiera con el que se va a jubilar y dejar el negocio. "Podrían incorporarse al mercado laboral con ciertas garantías de éxito", señaló. La UPTA ha establecido lazos con varias asociaciones, como la de comerciales e industriales de Ribadesella, representados en el colectivo Aicor. Con ellos realizaron una campaña para promover el consumo local en Navidad y firmaron un acuerdo con Aritur, la asociación que aglutina a los empresarios riosellanos con alojamientos de turismo rural, que se beneficiarán de varias ventajas como asesoramiento legal y descuentos en varios proveedores.

La comarca del Oriente ha perdido 1.129 profesionales autónomos desde el inicio de la crisis en 2008, lo que supone un descenso del 12 por ciento entre los catorce concejos que la componen. Son datos facilitados por la asociación UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de Asturias) cuyo presidente, Manuel Prieto, destaca que "el sector primario es el más castigado debido a la política agraria común, la famosa PAC, que obligó a la concentración de explotaciones para hacerlas más competitivas, pero conlleva la expulsión de autónomos del mercado de trabajo y no hay una entrada por otro lado".

Del millar amplio de autónomos que se perdieron en estos ocho años, la mitad (597) corresponden al sector primario, que pasó de los 2.211 trabajadores hace ocho años a los 1.614 de la actualidad. Prieto explica que estas políticas "sí que lo han hecho más competitivo, pero despoblando la zona rural, pues se ve que no hay entrada" de nuevos profesionales.

Por concejos, sólo Amieva ha resistido el envite de la crisis, y con nota. En este tiempo el concejo ha consolidado los 127 que tenía en 2008 y les ha sumado otros 31, una subida casi del 25 por ciento. En el otro extremo de la lista está Ribadedeva, que perdió 86 de los 256 empleados por cuenta propia que tenía en 2008, un bajón del 33,6 por ciento. Por el medio las cifras varían, aunque todas apuntan hacia la destrucción de empleo. Llanes perdió 302 (un 15 por ciento) y se quedó en 1.695 trabajadores. Colunga perdió 107 empleos (un 20,9 por ciento) y se quedó en los 405 que tenía al cierre del ejercicio de 2015. Ribadesella tenía 810 profesionales autónomos en 2008 y cuenta ahora con 671, un 17 por ciento menos. Cangas de Onís, por su parte, abandonó el millar de trabajadores por cuenta propia que tenía al inicio de la crisis para situarse ahora doce puntos por debajo, en los 883.

El segundo sector que peor suerte ha corrido en este tiempo, por detrás del primario, ha sido la construcción, que perdió el 26,89 por ciento del autoempleo que tenía en 2008, un total de 347 empleos. El transporte, con un 16 por ciento menos de empleo, ocupa el tercer puesto de este ranking, seguido del comercio (con un 9 por ciento menos) y la hostelería (con un 7,9 por ciento menos). El presidente de UPTA destacó que "los autónomos en el Oriente son el pilar fundamental de la economía, pues crean el cincuenta por ciento del empleo que hay".

Ante estas cifras Prieto reivindicó la aplicación de "políticas concretas para atraer economía a las zonas rurales como el Oriente para asentar población, fijarla y evitar la desertización", añadió el representante de los autónomos. A su juicio, el turismo debe ser un "complemento fundamental a otra serie de actividades, como el sector primario o agroalimentario". La asociación ha recibido con agrado la puesta en marcha del ticket rural, un plan que impulsa la Consejería de Agroganadería, que dota de 25.000 euros a los emprendedores que se vayan a establecer en la zona rural. Esperan, apuntó Prieto, "que ayude a paliar esta situación y a recuperar la senda del crecimiento y de los datos en positivo".

En principio estas ayudas excluyen a los sectores primario y agroalimentario, que cuentan con líneas específicas, pero Prieto apuesta por esperar a ver los resultados de esta primera convocatoria para, si se viera que "sectores estratégicos quedan excluidos", demandar que para futuras convocatorias se incorporen.

El presidente de UPTA destaca la "paradoja" que se da desde hace un año, pues "el empleo autónomo en las grandes ciudades tanto, tanto en España como en Asturias, va creciendo y sin embargo vemos como en el mundo rural sigue cayendo".

La zona urbana, añadió, "se va recuperando, aunque en parte debido a la desesperación o al fraude en la contratación. Pero si es verdad que el panorama para el sector en mundo rural es poco halagüeño".

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