Bajo un sol agosteño, pero con una suave brisa aliviando el calor desde el Nordeste, comenzó la fiesta de Santolaya en Villajormes, en el concejo de Llanes. Vecinos y visitantes se acercaron por decenas hasta la capilla de la santa, ubicada en un paraje extraordinario, solo en mitad de una ería, a un paso de la mar. Después de los pasacalles, protagonizados por la banda de gaitas "L'Alloru", de Balmori (Valmori), salieron los ramos, como manda la tradición, del Palaciu de La Espriella. Y por el camino de la ería, camino de tierra, llegaron al templo. A eso de la una y media de la tarde comenzaba la función religiosa, presidida por el párroco local, Domingo González, y con las voces del "Cuarteto Torner".

La procesión avanza por las inmediaciones de la capilla, por prados y caminos, con los gaiteros abriendo el paso, los dos ramos (uno a hombros de niños, otro portado por adultos) detrás, y tras ellos las aldeanas, haciendo sonar sus panderetas y cantando antiguos cantares referidos a la celebración. Más atrás, la imagen de la santa, acompañada por decenas de fieles. De nuevo en la capilla se cantó el ramu para, a continuación, trasladarse los presentes al prau de la fiesta, donde tocó "L'Alloru" y los miembros del bando interpretaron bailes asturianos, como la carrasquina o el xiringüelu de Naves.

Por la tarde hubo danza prima por las calles de Villajormes (buena parte de los vecinos prefieren esta denominación, a la única oficial, Villah.ormes, y a la forma castellana, Villahormes) y a continuación una parrillada, y por la noche una verbena, con la actuación de "Charleston Big Band" y "Anaconda". Por si alguien se había quedado sin fuerzas, la comisión cerró de madrugada la fiesta ofreciendo a los presentes un regalo contundente: sopas de aju y borona preñada.