Con o sin palo de "selfie" de por medio, los Lagos de Covadonga fueron el enclave más fotografiado de Asturias durante el puente que acaba de concluir. Solamente ayer más de tres mil visitantes de medio mundo utilizaron el plan de transporte a los Lagos para inmortalizar con sus cámaras el entorno "de película" del Enol y La Ercina. Fue el caso del transilvano Ovidiu Baghin y su familia, que visitaban por primera vez Asturias. "Nos gusta mucho la naturaleza. Tanto la montaña como el clima se parece un poco al nuestro y es genial tener la playa tan cerca", explicaron. Los parientes optaron por utilizar el autobús de pago (8 euros por persona) para subir a los Lagos, al estar el acceso restringido a vehículos privados entre las 8.30 y las 20.00 horas hasta el 8 de septiembre, con el objetivo de reducir la contaminación en épocas de aglomeraciones. Los taxis de la cooperativa canguesa "Taxitur" fueron otra de las alternativas escogidas por los menos madrugadores. Las holandesas Margareth Schunrhes y Dianne Sperber también visitaron los Lagos en busca de unas montañas que en su Goirle natal no existen. "Allí es todo plano. Elegimos el norte de España por el clima, por la naturaleza y porque no está tan masificado", explicaron.

El goteo de gente registrado en el enclave de los Picos desde el jueves, cuando llegaron a concentrarse más de 5.300 visitantes, también incluye a españoles, como los cordobeses Félix Jiménez y Luisa Aguilar, que se enteraron por internet de las restricciones al tráfico. "Lo vemos bien porque defendemos el turismo sostenible pero los autobuses demasiado grandes para una carretera tan estrecha que se deteriora, tendrían que ponerlos más chiquititos", dijeron. Su opinión la compartía el matrimonio alicantino Francisco Martínez y María del Carmen Porente, que celebraron "disfrutar de un paisaje único sin agobios". "En general el espacio está cuidado, aunque los baños a medio camino entre La Ercina y el aparcamiento no funcionaban, explicó la pareja, que acudía acompañada de su hijo Raúl, de 7 años, antes de visitar la playa de Ribadesella.

Los valencianos Emilio Montalvá y Eva Losa llegaron desde Cullera huyendo del calor y para visitar el museo de Fernando Alonso pero de camino hicieron parada "obligatoria" en los Lagos en compañía de sus perros "Lua" y "Sira". "Las jaulas para subir a los animales eran pequeñitas y subieron asustados. Además sólo había dos, con lo que si alguien portara otra mascota tendríamos que haber esperado a otro bus", explicaron.

En la misma línea se expresó su amigo Alfred Prats, que no dudó en retratarlos junto a las numerosas vacas que buscaban refresco en La Ercina. Los turistas aseguran que estas reses son parte del atractivo que hizo que el año pasado 138.548 usuarios subieran en bus a los Lagos durante los 65 días que el plan de acceso estuvo en vigor.