Las notas de la gaita que tocó Xuacu Amieva y el tambor que repicó Monchu Cué abrieron en la mañana de ayer la procesión por las calles de la localidad llanisca de Poo con la imagen de Nuestra Señora. Un centenar de aldeanas, dirigidas por la tamboritera Margarita Martínez tomaron parte en la procesión y acompañaron a la Virgen tocando la pandereta y sin dar la espalda a la imagen.
La pequeña Martina de tan solo trece meses fue una de las aldeanas más pequeñas de cuantas tomaron parte en la celebración. Junto a su madre, Luisa de la Cruz Cuétara, y su tía, Martina de la Cruz Cuétara, completaron la particular triada familiar de aldeanas. La niña no soltaba una pequeña pandereta que años atrás utilizó su tía. "El año pasado no la vestimos de aldeana porque tenía tan solo un mes. Se está portando muy bien", señaló su orgullosa madre.
Tres ramos, de tamaño pequeño, mediano y grande, engalanados con rosquillas dulces los dos primeros, y con panes el grande, fueron llevados a hombros por Javier Martínez, Bruno Pedregal, Pablo Pérez, Álvaro Estación, Borja Llaca, Manuel Martín, Sergio Bárcena, Juan Díaz, José María Ferrer, Diego Marcos, Luis Méndez y Javier Martínez.
Finalizada la procesión tuvo lugar la misa en la iglesia parroquial tras la cual se llevó a cabo la subasta de los ramos que, un más, dirigió José Ramón Rodríguez. Un completo festival folclórico puso fin a la mañana festiva. Uno de los bailadores fue Juan Martínez García, quien con gran maestría interpretó el pericote. "Hemos ensayado mucho para que saliese perfecto", dijo.
El fin de fiesta a la intensa jornada festiva en Poo lo puso, entrada la tarde, la danza prima y una romería y posterior verbena con el trío "Uno más Uno" y la "Orquesta Trapecio".