El Ayuntamiento de Cangas de Onís cerró ayer cuatro chiringuitos que funcionaban de forma ilegal a orillas del río Sella, en la zona de Ricao. El concejal de Obras, Emilio Antuña y operarios de su departamento, acompañados por agentes de la Policía Local acudieron por la mañana a Ricao y, tras solicitar la identificación de las personas que atendían los chiringuitos, procedieron a requisar la comida y la bebida. Los empleados municipales localizaron también bebidas y comestibles abandonados, previsiblemente de otros chiringuitos cuyos dueños huyeron al percatarse de la presencia policial.

El material requisado ya ha sido trasladado a un almacén municipal y en las próximas horas se decidirá su destino, que será, previsiblemente, ser entregado a alguna ONG, a residencias o a familias necesitadas. El alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González (PP), explicó que a los titulares de los chiringuitos cerrados ayer ya se les había advertido por carta, tras elaborar la Policía Local un informe sobre su situación el pasado 7 de julio, de que carecían de licencia y se les había pedido que levantaran las instalaciones. Al desoír la orden municipal, el equipo de gobierno decidió pasar a la acción, una vez pasado el plazo legal concedido para el cierre voluntario de los chiringuitos, que también carecían de permiso de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico.

El Alcalde reclamó ayer el apoyo de otras administraciones para controlar este tipo de actividades ilegales en el entorno del río Sella, visitado a diario por miles de turistas, principalmente clientes de las distintas empresas de navegación en canoa.