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"Recuerdo noches en vela para evitar los ataques del llobu"

El "Pastor mayor" del Certamen del queso de Cabrales, Avelino Mier, rememora la "complicada vida" en la montaña

Salvador Álvarez, junto a Mari Carmen López, Felipe Rodríguez y Josefina López. E. G. CEA

Con muchos nervios y la emoción a flor de piel. Así vivirán el próximo domingo Carla Campo López y Avelino Mier Noriega la LXVI edición del Certamen del Queso de Cabrales. Ambos han sido nombrados, respectivamente, "Pastor mayor de los Picos de Europa" y "Xana Naranjo de Bulnes" de esta edición del Certamen, una de las citas más multitudinarias de cuantas tienen lugar en la comarca oriental durante el la temporada veraniega.

Avelino Mier Noriega vivirá el domingo una celebración doble pues el mismo día en que ejercerá como "Pastor mayor" cumplirá noventa años. "Empecé a pastorear con tres años", aseguró ayer, arropado de su mujer, Pepina García, su hija Puri y su nieta Amanda.

Avelino Mier, nacido en la aldea de Bulnes, en el corazón mismo del parque nacional de los Picos de Europa, fue pastor durante toda su vida, a pesar de que dejase la actividad con 34 años para ir a Alemania a trabajar. Los recuerdos de su infancia y juventud en la pradería de Bierru y en la majada de la vega de Tordín le persiguieron durante toda su vida.

Junto a sus progenitores y a sus tres hermanos, ya fallecidos, se ocupaba del cuidado de más de cuatrocientas cabras, unas cuarenta ovejas y una docena de vacas. "La vida de pastor era complicada", señala pensativo desde su casa, situada en el barrio de Las Cortinas, en Arenas, vivienda que construyó con sus propias manos gracias al dinero que logró de su estancia en Alemania como emigrante.

La añoranza por las montañas cabraliegas le hizo regresar siete años después de partir. "En Alemania no había nada de esto. El monte me llamó siempre", confiesa el pastor cabraliego.

De regreso, al igual que durante su estancia en Alemania, trabajó en el mundo de la construcción, hasta su jubilación. Pero su cabeza seguía en las montañas. Su esposa, Pepina García, confiesa que ella hubiera aguantado algunos años más en la ciudad de Dusseldorf, donde vinieron al mundo dos de sus tres hijas, pero la insistencia de su marido en regresar fue clave para retornar a Cabrales. En sus ratos libres, ya de vuelta a sus queridas montañas, Avelino Mier mataba el gusanillo del monte con un pequeño rebaño que subía y bajaba de Bierru y de la vega del Tordín, los lugares donde pasó su infancia como pastor y como productor de queso de Cabrales.

"Recuerdo pasar las noches en vela para evitar los ataques del llobu y las escapadas a Oceño para cortejar. Tenía siete años cuando mi madre me ponía a cuidar las vacas para que no se despeñasen. Cuando llovía poníamos un saco por encima y hacíamos en la cabeza una especie de pico a modo de montera", rememora. En una época en la que no había botas de agua y en la que las comodidades reinaban por su ausencia, su madre fabricaba los escarpinos con los que pastoreaba. Con el tiempo, él mismo se los empezó a hacer.

La "Xana 2016", Carla Campo López, estaba ayer muy feliz y contando las horas para la llegada del certamen. A sus 17 años esta joven de Sotres es quesera de pura cepa por las dos ramas de su familia. Su familia paterna es de Tresviso, en Cantabria, y elabora quesu picón. Su familia materna se dedica a la elaboración del cabrales desde siempre. Su madre regenta en la actualidad la quesería Dionisia López Sánchez.

"Estoy muy contenta de haber salido 'Xana'. Me hizo mucha ilusión el nombramiento", sostiene. Fueron sus amigos los que la animaron a presentarse al concurso. En un principio dudó, aunque finalmente presentó sus credenciales y, tras un proceso de selección, fue elegida, para su felicidad y la de las personas que la rodean.

Carla comenzará el curso de viene el segundo de Bachillerato de Ciencias Biológicas en el instituto Rey Pelayo de Cangas de Onís. Su sueño es estudiar medicina. De momento descarta seguir la tradición familiar de dedicarse a la elaboración del queso azul más internacional de Asturias, aunque se confiesa orgullosa de sus orígenes y asegura que siempre estará disponible para arremangarse y echar una mano en la elaboración del cabrales.

"Aunque no de manera profesional, claro que quiero seguir ligada al cabrales. Es algo muy importante para mí y para toda mi familia. Mis allegados y mis amigos están muy emocionados. Les hizo muchísima ilusión mi nombramiento como 'Xana'. Será un certamen muy especial", señala la joven sotriana.

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