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Barru se une para despedir a su sacerdote

"Era uno más de la familia, no uno de esos curas que se creen Dios", dicen los vecinos sobre Francisco Panizo, que se va a Avilés

Panizo, junto a un feligrés

Cientos de personas se juntaron ayer en la localidad llanisca de Barru para despedir al sacerdote del pueblo, Francisco Panizo, que debido a una reestructuración del Obispado pondrá rumbo a Avilés para continuar allí con su trabajo. Panizo llevaba ya más de veinte años en Barru y era muy querido y apreciado por sus vecinos, que ven en la marcha del sacerdote una gran pérdida para el pueblo. Así se lo quisieron mostrar ayer.

La jornada comenzó a la una de la tarde con una misa en la Iglesia de Barru y después estaba organizada una comida en una carpa instalada especialmente para la ocasión, en el mismo lugar donde se desarrollan las populares fiestas de San Roque. Además de los de Barru, a la comida asistieron una doscientas personas de diferentes parroquias de las que se ocupaba Panizo, como las de Parres y Niembro. A falta de catering, los propios vecinos se ocuparon de llevar la comida para la ocasión y también abundaron los regalos que se llevó Panizo como muestra de gratitud de sus queridos vecinos. Un gran cuadro de la Virgen de Covadonga, un bolígrafo de plata con su nombre y una invitación para acudir a distintos paradores nacionales fueron algunos de los obsequios que el sacerdote de Barru se llevará a Avilés.

"Panizo se va en contra de su voluntad y es una gran pérdida para todos nosotros porque vamos a quedar desatendidos completamente. No van a mandar a otro sacerdote a Barru, el párroco de Llanes será el que se tenga que ocupar.", denunciaba Tony Cavada durante la comida. "Lo de hoy es una demostración de que los vecinos le tenían mucho cariño porque para venir hoy se han tenido que poner de acuerdo muchos pueblos de la zona".

El orbayo que se presentó a primera hora de la tarde en Barru no impidió el buen desarrollo de la despedida a Panizo, que incluso tuvo su propio toque musical, ya que los vecinos quisieron cantarle al sacerdote algunas canciones de despedida. "Ha sido todo muy emotivo. No queremos que se vaya, estamos recogiendo firmar para intentar impedirlo, pero va ser difícil", explicaba Francisco Calvo, onubense afincado en Llanes y habitual de la parroquia de Parres. "Panizo era como uno más de la familia, muy normal y muy natural, no era como uno de esos curas que se creen Dios", apunta Calvo.

Panizo ofreció un discurso de despedida después de la comida que emocionó a la gran mayoría de los asistentes.

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