La Virgen de La Cueva tiene tirón en Piloña, donde más de dos mil fieles se dieron cita en el Santuario para honrar a su patrona en el día grande de su fiesta.

La jornada tuvo cuatro claros protagonistas: las vecinas Mari García y Lupe Sánchez, el presidente de la coral polifónica piloñesa, Tino Sierra y el alcalde, Iván Allende. A todos ellos les entregó el párroco Manuel García Velasco una medalla de la Virgen durante la misa solemne en agradecimiento por su colaboración en el mantenimiento y promoción del enclave religioso. "No nos lo esperábamos para nada porque colaboramos de forma totalmente desinteresada pero ha sido realmente emocionante", explicó Mari, que se encarga de la limpieza y decoración del templo. Entre lágrimas se subió al púlpito junto a los otros dos homenajeados, que pusieron en valor la labor del Santuario como punto de encuentro social "por el que hay que seguir trabajando". En este sentido, el párroco valoró las señalizaciones de la novena colocados a la entrada y salida de Infiesto "para que todos los que pasen sepan que estamos de celebración y se unan".

Tras la misa, cantada por La Bandina de Lieres, la lluvia dio un respiro y permitió a la Virgen salir en procesión engalanada con su manto blanco. Lo hizo por la puerta de los peregrinos a hombros de Manuel Álvarez, Carlos Vega, Tino Sierra y Javier Tamargo aunque durante el camino fue cambiando de porteadores.

La acompañaban, además de las autoridades y multitud de devotos, cinco ramos de pan. Los roscos, donados por la familia de Viti Rodríguez, fueron vendidos para recaudar fondos con los que sufragar la restauración de la Cueva, que en el año 2000 sufrió graves destrozos como consecuencia de un derrumbe de rocas del techo. La construcción de una nueva capilla o la renovación de los muros o el pavimento fueron sólo algunas de las mejoras efectuadas en los últimos tiempos en la gruta, que permaneció cerrada al público por seguridad hasta el año 2009. Durante ese espacio de tiempo la imagen de la Virgen, que ayer eclipsó todas las miradas, permaneció en la iglesia de Santa Eulalia de Ques.

Muchos vecinos de la parroquia acudieron ayer engalanados con el traje regional para participar en el día grande de la patrona. Fue el caso de las gemelas Alba y Sandra Martínez. "Nos vestimos de aldeanas siempre por colaborar y porque es muy emocionante", explicaron estas jóvenes de 16 años que se encargaron de portar uno de los ramos. Lo hacen siguiendo una arraigada familiar. Su madre María José y la prima de su padre Raquel Coviella también portaron un ramu vestidas de aldeana e iban seguidas de cerca por sus primas segundas, las mellizas Rita y Nora Toyos. "Es la fiesta más guapa del año y los vecinos de Ques la vivimos con especial ilusión", contaron.

La asociación de jubilados y pensionistas "Virgen de la Cueva" de Piloña se unió a la celebración con el tradicional reparto del bollu y la botella de vino o sidra a media tarde en el prau de la Cueva."Ni el agua nos echa para atrás", bromeó su presidente, Ramón Camblor. El broche final lo puso un concierto folk y una verbena nocturna.