Dos trabajadoras de la residencia Faustino Sobrino de Llanes han recurrido la bolsa de empleo para la limpieza del equipamiento, de la que han sido excluidas pese a tener, según afirman, mayor puntuación que quienes sí han accedido sin haber pasado, en alguno de los casos, por la segunda fase del procedimiento selectivo. Así lo denunciaron ayer Idoia Barrenetxea Landeta y Mariana Álvarez Huerta, quienes finalizaron sus contratos en junio y agosto, respectivamente.

Esperaban volver a trabajar, pues cumplían los requisitos recogidos en las bases de la bolsa y contaban con la palabra de la dirección de la residencia de que quienes ya estaban dentro no tendrían problema en seguir. "Pedían experiencia y luego había una entrevista personal", explica Barrenetxea, antes de añadir que ambas cumplieron con ambos procesos.

Sin embargo, a principios de agosto las cosas "empezaron a ir mal", describe la afectada. Se enteraron el día 2 de que la entrevista personal se produciría el 3, mientras que la dirección insistía en que no les hacía falta presentarse. Pese a esta advertencia se presentaron y obtuvieron cuatro y cinco puntos. La falta de tiempo y publicidad de la convocatoria hizo que surgieran las protestas y repitieron las entrevistas, cuya puntuación había que sumar a la anterior. Barrenetxea y Huerta obtuvieron 7,6 y 7,4, respectivamente, quedando "por delante de cuatro personas que ya están aceptadas, de las que dos no habían hecho la entrevista", destacan. De estas cuatro personas "una estaba sancionada" por la dirección de la residencia y, según las bases que rigen la convocatoria, no se podía presentar.

Ante las reclamaciones de las trabajadoras en la institución les dijeron que fueran al Ayuntamiento de Llanes (que controla la Fundación), "que no tenían nada que ver". En el Consistorio les indican que presenten alegaciones, lo que hicieron ayer. Las empleadas decidieron hacerlo público "para que no queden en un cajón" y además de la "ilegalidad" de la bolsa de trabajo denuncian que no pueden "protestar, porque si protestas ya no te llaman. Se hace todo con mucho miedo, parece que estamos en una dictadura", expresó Barrenetxea, quien rechaza las implicaciones políticas en este asunto. "Sólo nos preocupa sacar nuestra casa y nuestros hijos adelante y trabajar", apuntó.

Aseguran que el suyo no es el único servicio que vive esta situación en la residencia, que "lleva tres días sin enfermera. No hay derecho a tener a los ancianos así", explican quienes podrían contar "más irregularidades" que se estarían cometiendo en la institución. Han pedido, por otra parte, una reunión con el alcalde, Enrique Riestra, de Vecinos x Llanes, en calidad de presidente del patronato que rige la Faustino Sobrino.