Las visitas VIP a la cueva de Tito Bustillo no entran en los planes de la consejería de Cultura. La propuesta de los guías de la caverna riosellana para mostrar casi toda la gruta a grupos reducidos de visitantes, en recorridos de tres o cuatro horas de duración ha caído en el olvido. El cambio de gobierno, hace poco más de un año, ha provocado que la idea de los guías haya quedado aparcada en un cajón. Y todo indica que definitivamente.

La Consejería fue ayer rotunda: no hay sobre la mesa solicitud alguna para instaurar visitas VIP a la cueva de Tito Bustillo, manifestó un portavoz del departamento. Ni solicitud, ni visos de que la iniciativa salga adelante, a la vista de que los actuales dirigentes de Cultura ni siquiera tienen conocimiento de que se haya presentado la idea de las visitas VIP. Dan por sentado que fue durante la anterior legislatura.

La cueva de Tito Bustillo ya tuvo anteriormente visitas VIP. Fue durante el verano de 2008, coincidiendo con la inclusión del yacimiento en el listado de Patrimonio Mundial junto a otras cuevas asturianas, cántabras y vascas. Las visitas VIP se reservaban para personas con cierto conocimiento de la cueva y sin problemas de movilidad, e incluían un largo recorrido, desde el acceso original. No se visitaban ni la galería de los caballos ni la de los antropomorfos por los importantes problemas de acceso que presentan. La primera se sitúa en una oquedad diminuta, mientras que para llegar y para abandonar la segunda se hace necesario utilizar una escalera. Todo ello desaconseja que sean visitadas por el público en general.

Las visitas VIP que se realizaron en 2008 estaban restringidas a un máximo de 6 personas por pase, mientras que las "normales" están restringidas a un máximo de 15. Las visitas VIP a los yacimientos prehistóricos llevan varios meses en el candelero, tras anunciar el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, su intención de instaurarlas en la cueva de Altamira, lo que generó el frontal rechazo de la oposición.