José Ramón Martino (Anayo, 1946) está jubilado del transporte y desde mayo de 2015 preside la Asociación de Cazadores "Monte Cayón" de Piloña, que gestiona un coto de casi veintiún mil hectáreas.
-¿Hay superpoblación de jabaliés en Piloña?
-Hay más jabaliés según en qué zonas. Casi nadie recoge ya las castañas ni desbroza y los bichos no son tontos, bajan al pie de los pueblos donde tienen comida y mato para refugiarse y donde están tranquilos sin depredadores.
-Los agricultores de zonas como Ludeña se quejan de que han aumentado los daños en sus maizales. ¿Entiende sus reclamaciones?
-En parte sí. Somos los primeros a los que nos duele que se produzcan daños, pero pedimos que no se deje sólo en manos de los cazadores la responsabilidad de prevenirlos. El 90% de la gente que siembra maíz sufre daños mínimos porque se preocupa por mantener los cercados que les ponemos bien cuidados, limpian, colaboran y se lo agracecemos. Este año gastamos más de 3.000 euros sólo en varillas de alambre para cierres. Lo que pasa es que hay un 10% instaurado en la polémica que se niega a colaborar y mantener los cercados, que nos han dicho literalmente que su deseo es que cerremos el coto.
-¿Se puede aumentar el cupo de caza de jabalíes para reducir daños?
-El cupo se aumentó de tres a cinco ejemplares en Cayón y el número de cacerías en esa zona subió de 21 a 25. Está previsto abatir 480 jabalíes en esta temporada, lo que supone casi 200 más que en la anterior. Otro ejemplo: de gamo, en Cerecea y Cayón, hay previsto cazar unos 29, y venados, 82 en batidas y 103 a rececho. No somos exterminadores de caza y, además, ya no tenemos más fechas para meter cacerías, los fines de semana están todos completos y estamos haciendo hasta por semana en festivos como El Pilar, etcétera.
-¿Plantean otras medidas para prevenir o minimizar estos daños?
-Se hace perreo durante toda la primavera y en verano para moverlos de las zonas problemáticas. Cerramos las plantaciones con electricidad para que los animales no entren, poniendo el material y la mano de obra nosotros. Sólo este último año cercamos 120 tierras de maíz con alambre nuestro. Para evitar perjuicios por las fozaduras de jabalí pasamos nosotros el tractor y retrovateamos la tierra afectada. A los que tienen maíz dañado se les compra y se hace una estimación de la producción y se paga, y a los que se les fastidia la hierba, se les compran bolos.
-¿Los daños se pagan a tiempo?
-A los afectados con los que conseguimos llegar a un acuerdo se les paga en el trimestre. Desde enero de 2015 hasta esta semana se pagaron 130.000 euros, casi 22 millones de pesetas, que no hay coto que pague esa cantidad en Asturias. Los daños de 2015 están todos pagados ya.
-¿Cómo se financian?
-No recibimos ayudas de nadie, estamos estrujando económicamente a los 290 socios que tenemos en activo para salir adelante. Nos mantenemos siendo austeros, llevando nosotros la gestión interna del coto sin cobrar, vendiendo lotería... A falta del balance del año, podemos decir que la situación económica no es buena. Tenemos que sobrevivir vendiendo caza a turistas de fuera para pagar los daños. Quedamos sólo 12 de las 19 cuadrillas que hubo, la gente se está marchando y los jóvenes no entran por la mala situación. Si se mantiene esta tónica de daños, la vida del coto será corta.
-¿Qué necesidades más apremiantes tienen?
- Necesitamos aumentar el número de socios. Hicimos una cuota reducida para mujeres y menores de 25 años, y también bajamos en 30 euros la cuota para intentar captar nuevos socios y agradecer a los que llevan toda la vida con nosotros con un detalle.
-¿Reciben apoyo de la administración local?
-Mantuvimos un par de reuniones con el Ayuntamiento, que intermedia entre nosotros y los ganaderos, aunque sabemos que tienen una posición complicada, entre dos fuegos y que hacen lo que pueden. Tenemos pendiente un tercer encuentro.
-¿Qué beneficios obtiene Piloña con la caza?
-Somos reguladores de la fauna y si no fuera por nosotros los jabalíes estarían comiéndonos en nuestras casas. Dejamos en el concejo 600.000 euros al año, directa o indirectamente, y hay bares que reconocen que, si no fuera por nosotros, cerrarían en temporada baja. Pagamos nuestros impuestos y nos da rabia que a la gente le entre el jabalí en las fincas, pero no es culpa nuestra, si el propietario de las tierras no nos ayuda es imposible frenarlos.
-¿Un deseo?
-Que la gente no nos vea como enemigos ni chulillos que vamos asaltando propiedades por ahí. No queremos ser beligerantes, estamos abiertos a entendimientos y creemos que podemos convivir perfectamente todos y beneficiarnos los unos de los otros. Abrimos nuestra oficina los martes, de diez a una, para atender todas las reclamaciones y agradecemos la colaboración de los ganaderos que buscan entendimiento.
