Siete días después de que estallase en el seno de la Policía Local de Llanes una crisis mayúscula debido al enfrentamiento abierto entre el jefe de la Policía Local, Miguel Gómez López, y buena parte de la plantilla de agentes a su cargo, el equipo de gobierno de Llanes ha salido a la palestra para, mediante un escueto comunicado, asegurar que "en aras de garantizar la prestación de un servicio de calidad para todos los vecinos no vacilará en el momento de tomar las decisiones que correspondan con el objeto de preservar el adecuado funcionamiento de la Policía Local".

El cuatripartito anunció también que debido a la gravedad de los hechos denunciados por los agentes ha decidido abrir una investigación "para conocer con detalle el desarrollo de todo lo sucedido y poder, a partir de los informes que se obtengan, tomar una decisión al respecto". En el comunicado no se especifica qué tipo de medidas se piensan tomar para poner fin a esta tensa situación ni se da un plazo para ejecutarlas.

Según el cuatripartito la gravedad de los hechos acaecidos hace que no quieran precipitarse "en la adopción de las medidas que correspondan" para luego abogar por la cautela "para estar en disposición de tomar una decisión ajustada al alcance y la trascendencia de lo ocurrido". Hablan también de un problema surgido hace más de una década.

La mecha que provocó el último incendio en el seno de la Policía Local prendió hace una semana, cuando se produjo un altercado entre el inspector jefe, Miguel Gómez López, y el agente Miguel Ángel Díaz Pacheco que terminó con una denuncia en el juzgado por supuestas amenazas de muerte e insubordinación del jefe de la policía al agente, y la retirada del arma a este último. Los agentes han presentado en nombre de los sindicatos SIPLA y USIPA varios escritos en los últimos días denunciando acoso laboral por parte de Gómez. El martes los agentes amenazaron con entregar sus armas y darse de baja si el cuatripartito no actuaba contra el jefe de Policía.