Quieren acabar con el estereotipo de la "maruja en batín" y piden un mayor "reconocimiento social", un deseo que, cuando menos, la presidenta de la Asociación Provincial de Amas de Casa "Santa María de Covadonga", María José Quiroga, pronunció ayer durante la celebración que el colectivo hizo en el santuario. Festejaban el "Día del ama de casa" y lo hicieron a lo grande. Nada menos que 1.600 amas de casa procedentes de treinta de las delegaciones que la asociación tiene repartidas por toda la región se desplazaron en cuarenta autobuses hasta el Real Sitio.

Llegaron al mediodía y la mayoría visitó la Cueva con su grupo o su gente. Besaron el manto de la Virgen y hubo quien le hizo una ofrenda y le puso velas, cada una según su fe. Luego disfrutaron de un tiempo libre por el santuario y a las 13.30 horas acudieron a la basílica, donde el abad, Juan José Tuñón, les dedicó unas "palabras muy cariñosas, como siempre", agradeció Quiroga, presidenta, además, de la asociación de amas de casa de Trubia.

Fueron muchas las que participaron en la celebración religiosa: bien con la cesta para pedir el donativo o leyendo, como hizo la presidenta antes de finalizar. Pidió "por los enfermos, por las socias que fallecieron, por los refugiados, por los que sufren en Haití por el huracán, por la gente que no tiene empleo y, en general, por todas nosotras y nuestras familias", enumeró. La jornada fue ayer muy ajetreada en la basílica, pues a la celebración de las amas de casa se unió la visita de los escolares del colegio Amor de Dios de Oviedo.

La asociación regional lleva más de treinta años celebrando esta fecha en Covadonga, pues hacen honor a su nombre y después disfrutan de una comida de confraternización, esta ya por delegaciones. Eligieron el día de ayer porque el lunes los comercios cangueses estaban cerrados y muchas aprovechan para darse una vuelta. A esta celebración, al igual que la jornada de convivencia, la de fin de curso o Navidad, acuden sólo las asociadas, mientras que el resto de las actividades están abiertas también a los hombres. En el caso de las amas de casa de Trubia y de otras diez delegaciones más, ayer cumplieron con su tradición de comer en un restaurante cangués donde después disfrutaron de un animado baile y una "tarde de convivencia muy guapa", describió Quiroga antes de romper una lanza a favor del colectivo. "Necesitamos, sobre todo, reconocimiento de nuestra labor y nuestro trabajo. Somos enfermeras, pediatras, geriatras y economistas, ejercemos un poco de todo", reivindicó la presidenta de las amas de casa.