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El consultorio oriental

Vacunar o no, ésa es la cuestión

Muchos padres dudan ante el dilema de inmunizar o no a sus hijos contra la meningitis B, una enfermedad muy poco habitual pero letal en el 10% de los casos

La vacuna contra la meningitis B. G. G.

Muchos padres se encuentran en la disyuntiva de vacunar o no a sus hijos contra la meningitis B. Esta inyección preventiva se comercializa con el nombre de Bexsero y no está incluida en el calendario de vacunas infantil porque las autoridades sanitarias no consideran que haya un riesgo epidemiológico. Los pediatras afirman que el riesgo de contraer esta enfermedad es "remoto". La incidencia desde 2013 es la más baja de los últimos años, según datos del Ministerio de Sanidad.

El problema es que se trata de una bacteria muy agresiva, que puede causar la muerte al 10% de los enfermos y en un porcentaje de entre el 10 y el 30% de ellos deja secuelas como convulsiones, sordera o retraso mental.

El meningococo es un microbio, una bacteria, causante de infecciones como la meningitis y la sepsis (infección de la sangre), y también de neumonía, artritis y otras infecciones. Los síntomas más frecuentes son fiebre y erupción cutánea. Estas bacterias se transmiten por gotitas expulsadas desde las vías respiratorias y tras un contacto estrecho y prolongado con enfermos o portadores que transportan el meningococo en su nariz o en su garganta.

Aunque este germen puede infectar a personas de cualquier edad, los más vulnerables son los niños pequeños y adolescentes. El meningococo vive durante temporadas en la nariz y la garganta de jóvenes sanos, sin producir daño. Son los denominados portadores asintomáticos. La Asociación Española de Pediatría cifra que al año hay entre 400 y 600 afectados en nuestro país.

Hasta el 1 de octubre del año pasado, cuando la vacuna llegó a las farmacias, en España sólo era de uso hospitalario desde hacía un par de años. Se dispensa con receta médica y cada dosis cuesta 106,15 euros. La decisión de la Agencia Española de Medicamentos de no permitir su comercialización desde hace tres años, que es cuando se dispuso de la vacuna, fue polémica. No lo vieron necesario porque habían disminuido los casos de meningitis y tampoco estaba probada la eficacia de la vacuna. Sin embargo, colectivos especializados como la Asociación Española de Pediatría, la de Vacunología y la Sociedad Española de Medicina Preventiva defienden que "es la mejor medida preventiva y se trata de un avance crucial en la lucha contra esta enfermedad", pues, aunque "poco frecuente", es "devastadora".

La opción de vacunar o no a los hijos queda en manos de los padres. La decisión no es fácil, pues, aunque es poco probable que el niño se contagie, no es imposible y lo que más alarma es la agresividad de esta bacteria. Según estudios, el 65% de los casos de meningitis en España son causados por la bacteria del meningococo B, aunque la Seguridad Social la que cubre es la vacuna contra el tipo C.

La mayoría de los pediatras recomienda esta medida preventiva en niños pequeños, sobre todo si van a guardería, y para aquellos que tengan el sistema inmunológico debiliado. Las tasas más altas de esta enfermedad se dan en menores de 5 años y en adolescentes. Según el Ministerio de Sanidad, se calcula que puede proteger frente al 70% de los meningococos B circulantes.

La vacuna se pone a partir de los dos meses. Se administra en varias dosis, dependiendo de la edad: cuatro, si el niño es menor de seis meses; tres, si tiene entre seis y 24 meses, y dos, cuando pasan de los 2 años. Tras el pinchazo pueden aparecer dolor e inflamación en la zona de punción, irritabilidad y fiebre. Entre sus efectos secundarios raros está la enfermedad de "Kawasaki", que puede dar problemas coronarios.

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