La raza casina tiene tirón en Toledo. Los responsables de la Asociación española de criadores de ganado de vacuno de la raza asturiana de la montaña (Aseamo) vendieron ayer un lote de más de 200 de xatos pasteros (terneros destetados) a un cebadero castellano manchego. Las relaciones comerciales con Toledo, que se realizan a través de la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) "Las vacas casinas", comenzaron ya el pasado junio y desde entonces se han colocado allí unas 800 reses, en seis portes, a los que hay que sumar un nuevo lote pendiente para diciembre.
Los animales ayer vendidos pertenecían a miembros de la asociación y todos cumplían tres requisitos básicos: estar sanos, tener entre cinco y siete meses y pesar más de 130 kilos en vivo. Algunos, como el de la piloñesa Marina Covadonga, superaron con creces los requerimientos al contar con ejemplares de hasta 256 kilos. La cotización en el mercado de los mismos dependió precisamente del peso, siendo la media de más de trescientos euros por cabeza.
El comprador, Fernando López, manifestó su satisfacción con la compra. "Es la primera vez que adquiero esta raza, normalmente trabajo con la charolesa y limusina en Extremadura, Francia o Portugal, pero un amigo me trajo a verlas y me convenció", señaló el responsable del criadero toledano. "La calidad de la carne y el buen precio fueron claves, pero hasta que no pasen seis meses no sabré si salen rentables", cuenta el empresario, que hace negocio vendiendo el producto a grandes superficies. López siguió de cerca el proceso de carga de los animales, que fueron pesados en una báscula especial y desparasitados en el mercado de ganados de Cangas de Onís antes de subir en camiones rumbo a Toledo.
El secretario ejecutivo de Aseamo, Ángel Castañón, agradeció al consistorio cangués su buena disposición al cederles las instalaciones para que "los consumidores de fuera aprecien cada vez más la calidad de la asturiana de la montaña".
