Alfonso Vivero Fernández, de 29 años y natural de Cangas de Onís, siente pasión por todo cuanto rodea al mundo del deporte, especialmente al piragüismo. Su buen hacer como director técnico del Club Piraguas La Llongar-Cangas Aventura le ha deparado que, por votación de los técnicos de los diferentes clubes asturianos, haya sido elegido el mejor entrenador de la comunidad autónoma de la actual temporada, premio que recogerá el próximo sábado, 29 de octubre, en el transcurso de la Gala del Piragüismo Asturiano, a celebrar en la villa de Pravia.

Técnico superior de Actividades Físicas y Animación Deportiva, grado que cursó -dos años- en el ovetense instituto Alfonso II, tras estudiar anteriormente en el Colegio Público Reconquista y en la Escuela Pública Vázquez de Mella, así como en el Instituto Rey Pelayo, Alfonso Vivero, más conocido por "Oki", está entregado desde hace varias temporadas al deporte de la piragua. Este mismo 2016 ostentó el cargo de coordinador del equipo nacional español de maratón, a instancias del presidente de la Real Federación Española de Piragüismo, Juan José Román Mangas.

Se trata de una persona muy conocida en la comarca suroriental, no en vano trabajó durante algún tiempo en varios locales de la hostelería nocturna -ya desaparecidos-, tales como la Discoteca "H2O", en Arriondas; el Disco-Pub "Habana" o el Pub "Aguanta", estos en la vieja capital del Reino de Asturias. Eso sí, su primer curro fue a los 16 años, en el otrora "Orbayu", en Vega los Caseros (Parres), como aprendiz de camarero, a las órdenes del empresario Ramón Hevia. "Casa Basilio", en Ribadesella", y "El Casín", en Cangas, también forman parte de su vida laboral.

Pese a ese paso por la hostelería, Oki siempre ha estado vinculado a la actividad deportiva. Atrás quedan los años en los que defendió la portería de la Escuela de Fútbol del Cánicas, con "Rakas" y Fran Roces de entrenadores, o la del equipo infantil del mismo Cánicas AC, teniendo de responsables técnicos a Dani Mori -actual entrenador de la Peña Deportiva Santa Eulalia, de Ibiza-, y Angelín Fernández. "Fue cuando más aprendimos", recuerda Alfonso, que se alternaba bajo los palos en aquellos tiempos con Hugo Ojeda. Pero, en realidad, lo que le atraía eran las palas y las kayaks.

Contaba 10 años cuando, junto a unos amiguetes -Omar Espiniella, Hugo y Maikel Ojeda, Toni Blanco, Julianín Valera, Jandrín Vega...- se acercó a La Llongar, en el río Sella, para iniciarse en esa disciplina de la mano de Ramón Blanco Trespando. Acabó enganchándose. Su primera regata en K-2, precisamente con Hugo Ojeda, fue en Soto de Ribera, ocupando la segunda plaza pese a ser cadetes de primer año. En el Descenso Internacional del Sella su mejor puesto fue séptimo en junior.

A los 21 años se le presentó la ocasión de entrenar a los "peques" de La Llongar, pues el presidente Ramón Blanco requirió su ayuda. Demostró buena mano a la hora de saber llevar a aquellos renacuajos que paleaban en minikayak. Fruto del soberbio trabajo despachado vino a ser la laureada generación que configuran Alberto Plaza -vencedor de la Copa del Mundo de maratón, en Portugal, en sub-23-, Emilio Fernández y Javier Sánchez, éstos integrantes del Centro de Tecnificación Deportiva e Trasona el curso pasado, sin olvidar a otros chavales que vienen pisando fuerte.

A un lado el piragüismo, Alfonso también prestó servicios como socorrista y monitor de cursillos de natación en la piscina municipal de Cangas de Onís y, del mismo modo, trabajó otra temporada en la piscina climatizada del Oriente, en Arriondas. Por cierto, hablando de piletas, recuerda con cariño el título de subcampeón de Asturias -en las filas del Club Sirio, con compañeros de la talla de Laura Valdés, Ton Soto, etc?.- de kayak-polo, dilucidado en las piscinas del parque del Oeste, en Oviedo. "Hubiésemos quedado campeones si Kiko Vega -cuatro veces vencedor del Descenso Internacional del Sella- no hubiese fallado el penalti decisivo. Una pena", dice.

Suspira por un Centro de Actividades Acuáticas en el Güeña a su paso por la ciudad canguesa -"Güeña navegable", lo tilda-, previa ejecución de una pequeña presa, para lo cual trabaja en la confección de algunos bocetos que presentará en su momento al Ayuntamiento cangués. "Estamos viendo las posibilidades y estudiando la viabilidad de la infraestructura, que sería tanto para el turismo, en particular, como para el deporte de Cangas, en general", asevera convencido Vivero Fernández. Hace años se descartó la construcción de un canal de aguas bravas en ese punto concreto del Güeña, aprovechando las obras de encauzamiento del mismo, dado que no era viable por la carencia de suficiente caudal.

Sus recorridos por Europa, viajando con la selección española de maratón, le animan a seguir apostando por esa novedosa idea para Cangas de Onís. De hecho, lleva unos cuantos miles de kilómetros a sus anchas espaldas como conductor de furgonetas, pues no únicamente cubrió el calendario de competiciones autonómico y nacional, pues en dos oportunidades tuvo que desplazarse a Dinamarca -Tour de Gudena y Copa del Mundo de maratón, en Copenhague-. "Veinticuatro horas conduciendo, casi sin paradas, con Kiko Vega, una vez a Dinamarca, y otra vez con Juan Calos Martínez, el de El Gaitero, a Roma, otras tantas horas de viaje, turnándonos en la conducción", matiza Oki.

"No disponemos de instalaciones dignas de un club de piragüismo con varios internacionales. Por no tener, ni tenemos bancos para sentarnos, ni agua caliente para ducharnos. Lo que sí tenemos es mucha yedra metiéndose por las paredes", asegura Alfonso Vivero, poniendo el dedo en la llaga sobre las pésimas condiciones en las que suelen entrenar sus pupilos de La Llongar.