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La voz de Melarde busca grupo

La piloñesa Genoveva Blanco proyecta formar una coral tras su paso por agrupaciones musicales como la Polifónica Gijonesa "Anselmo Solar"

Genoveva Blanco Crespo, en su casa de Melarde. CRISTINA CORTE

A los 6 años tomó sus primeras clases de solfeo, a los diez formaba parte del coro parroquial de Villamayor y con doce era una acérrima seguidora de la cantante de gospel Mahalia Jackson. A los 67 años la piloñesa Genoveva Blanco Crespo está a punto de cumplir el sueño de formar su propia coral. Tablas no le faltan. Esta vecina de Melarde inició su formación musical de la mano de su padre Efrén Blanco, famoso clarinetista y saxofonista que formó parte de la orquesta "Riego" y tocó en "La Venecia", entre otras. La pequeña de tres hermanos pronto comenzó a despuntar en el coro parroquial de Villamayor que entonces dirigía Rolindes Sánchez. Con la radio siempre encendida, Blanco lo mismo escuchaba música clásica que un concierto de jazz, sin olvidarse de los clásicos. "De pequeña me disfrazaba con ropa que traían tíos de mi madre de Cuba y Argentina para imitar a Carmen Sevilla o Lola Flores. Enseguida me arrancaba por coplas o zarzuelas como la de "Doña Francisquista" junto al Benidorm, arrancando los aplausos de las clientas de la peluquería de enfrente", apunta. Amante desde joven de la ópera, no confesó a sus allegados esta pasión por temor a que la tacharan de "pija". Cuando la asociación Cofivi impulsó un coro mixto que dirigía su padre no dudó en apuntarse para cantar desde habaneras hasta la misa de Perosi. Con el matrimonio llegó su traslado a Gijón en 1975 sin que se desligara de la cultura local. "Formé parte del grupo de teatro de Cofivi y traíamos ideas innovadoras de Madrid como los decorados en movimiento, nunca vistos", contó la corista. Siempre en contacto con grandes compositores para conseguirle repertorio a su padre, con 30 años entró a formar parte de la coral de Ensidesa, dirigida por Restituto Ortega. Al tiempo consiguió la meta que siempre se había marcado: formar parte de la Polifónica Gijonesa "Anselmo Solar". "Una compañera de gimnasia me escuchó y me recomendó hacer la prueba. El nivel de exigencia era alto. Tenían un sonido inconfundible, que respigaba". "Las tres aves de Ravel", "Los Anxelinos de Émbil" o el "Díme, paxarín parleru "de Velasco fueron sólo algunas de las partituras que interpretó como solista. "La intención ahora es hacer un grupo con amigos de Gijón, pues mientras quede voz seguiré cantando", explica Blanco que echa en falta relevo generacional en el mundo coral.

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