De puerto refugio de todas las embarcaciones del Oriente el puerto riosellano ha pasado a estar en unas condiciones problemáticas para las embarcaciones que amarran en él. La falta de calado es una de las principales dificultades que afrontan los marineros locales, que piden al Principado que el dragado anunciado para 2017 se efectúe en zonas de tránsito de barcos y no como en 2014, cuando se sacó sedimento del islote entre el puerto deportivo y el pesquero, una zona por la que no transita nadie.

El patrón mayor, Manuel Buenaga, reclama para Ribadesella las suficientes inversiones como para que en el muelle se pueda repetir la fotografía en que aparecen mercantes de 750 toneladas, como el "José Esquivel". "Haciendo lo necesario, podrían entrar aquí todas las embarcaciones del Oriente. Pero ahora con bajamares grandes quedamos varados", expone el marinero. No en vano, hace pocos días el "Punta Carreros" se quedó estancado en la arena, hundido unos 80 centímetros para asombro de todos.

Atrás quedaron los tiempos en que delante de la rula había siete u ocho metros de calado, pues ahora se puede pasar caminando, sin nadar, entre el puerto pesquero y el puerto deportivo por la constante acumulación de sedimento que no se ha retirado. "El río trabaja las 24 horas del día, todo el año", subraya el patrón mayor, que apunta otro hecho definitivo. "Al construir el espigón del puerto deportivo todo el sedimento queda de este lado, porque para allí no pasa nada". Buenaga pide, además, que los responsables de Puertos pisen el terreno para tomar decisiones. "Que visiten los puertos, que vean en cada sitio cuáles son los problemas que hay", reclamó el representante de los marineros riosellanos.